Antídoto contra el miedo
“No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor, le dijo el ángel. Quedarás encinta Y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.” (Lucas 1. 30 – 31)
El mensajero de Dios trajo una
noticia que, en el caso de María, despertó temor y ansiedad: ella sería madre
soltera y no tendría explicaciones ni para su familia ni para su prometido
José. Seguro que eso generó gran ansiedad en ella. Sin embargo, el ángel
le dice: "No tengas miedo".
Las palabras de tranquilidad
para la doncella judía están en el nombre que llevaría el niño: "JESÚS". Este
nombre viene del hebreo “Yeshua”, que en español significa: "El SEÑOR
es salvación". Y no podía ser de otra manera. “Salvación” del
repudio, pues José recibiría instrucciones de Dios para aceptar al niño, y
“salvación” de los miedos, porque Dios le daría fuerzas a María para que
aceptara confiada la voluntad del Padre Celestial.
Pero, lo más importante,
“salvación” para el mundo. Porque en Jesús, Dios estaba cumpliendo su promesa
de que del vientre de una virgen nacería el Salvador de toda la humanidad
(Isaías 7:14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá
y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel.”)
Cuando una noticia nos parece
oscura e incompresible, lo mejor que podemos hacer es acercarnos a la Palabra
de Dios. Allí encontramos consuelo para no temer, y fuerza para estar
seguros que Dios hace todo perfecto y siempre ofrece las mejores salidas. Cada
circunstancia que se presenta en nuestra vida es una oportunidad para reconocer
lo frágiles que somos y lo inmenso del poder de Dios.
Dios les bendiga
abundantemente.
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