UN MOMENTO CON DIOS
Tener esperanza en Dios
“Y Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho y anda” (Juan 5. 8)
Como muchos otros este hombre
del cual habla la Biblia y a quién el Señor Jesús sanó había esperado por
muchos años que sucediera un hecho portentoso, una señal de los cielos que le
devolviera su salud. La Biblia dice que cerca de la puerta de las ovejas,
había un estanque, llamado en hebreo Bethesda y allí estaba una gran multitud
de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban un ángel del cielo el
cual descendía de tiempo a tiempo y agitaba el agua y el que primero descendía
al agua después del movimiento, quedaba sano de cualquier enfermedad que
tuviese. Este hombre esperaba, pero el milagro no llegaba, él esperaba
una señal del cielo, no se enteraba por completo que cerca de él estaba uno, el
único quién con la sola palabra lo sanaría.
Junto con él había muchos que
esperaban algún milagro. Sin embargo, no se daban cuenta que allí, muy
cerca de ellos estaba quién es más importante que las señales… aquel quien
produce las señales. Hoy muchos transitan el mismo camino de esta
multitud.
Están al lado del estanque de
Bethesda esperando una señal, y no se dan cuenta que al lado está aquel quien
produce las señales. El mismo quien se acercó a este paralítico y le
dijo: ¿Quieres ser sano? Y luego le dijo: Levántate, toma tu lecho y
anda.
Nuestro deseo debe ser confiar
en el Señor Jesús y no solo en sus milagros.
Podemos confiar en su manera
segura de bendecirnos y poner nuestra confianza en Él. Aun cuando debamos
esperar por el milagro, debemos tener la seguridad que el Señor está con
nosotros, Él prometió que no nos iba a abandonar, ni dejar nunca.
Dios les bendiga abundantemente.
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