lunes, 30 de octubre de 2023

Un momento... Los tiempos de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

Los tiempos de Dios


“Te pido que te acuerdes de mí y me hagas un favor cuando las cosas te vayan bien. Háblale de mí al faraón, para que me saque de este lugar.” (Génesis 40.14)

 

¿Cuántas cosas serían diferentes hoy en día si fuéramos capaces de manipular los tiempos a nuestro gusto? Para muchos cristianos la respuesta a nuestras oraciones sería inmediatas. Sin embargo, vez tras vez cuando una respuesta ha tardado en llegar muchos hemos aprendido que el tiempo que tardó fue en realidad un proceso a través del cual Dios quería enseñarnos la madurez y el carácter que necesitaríamos para recibir esta petición, disfrutarla y no dejarla ir. Los tiempos de Dios suelen ser muy diferentes a los nuestros. Él ve toda la foto completa mientras nosotros solamente vemos una pequeña porción de todo lo que sucede desde nuestra limitada vista humana, Él puede ver todo el tiempo con una sola mirada. Él sabe lo que hubo antes en nuestra vida, exactamente lo que sucede en lo profundo de nuestro corazón en este momento y tiene bien claro lo que vendrá en el futuro, con toda esta información y todo el amor que nos tiene, escoge hacer Su voluntad perfecta, en Su tiempo perfecto en nuestras vidas, aún y cuando nosotros no siempre estamos de acuerdo con sus tiempos.

El plan perfecto y detallado de Dios seguía en marcha en la vida de José, los siguientes “personajes” en entrar a escena fueron el copero y el panadero del rey. En sus tiempos y maneras perfectas Dios orquestó que la molestia del faraón con sus funcionarios lo hiciera mandarlos exactamente a la cárcel donde estaba José y no solo eso, sino que además fueron asignados por el capitán de la guardia a José. Una vez más estaba sucediendo un evento en la vida de José que sería clave para su futuro sin que él tuviera la más mínima idea.

Porque ciertamente no es fácil pasar experiencias tan duras y más cuando vienen una tras otra. Cualquiera de nosotros elegiríamos terminar con las pruebas y aflicciones lo antes posible si estuviera en nuestras manos el hacerlo. Sin embargo, esa cárcel no era un castigo para José, Dios no lo había puesto ahí porque José mereciera estar ahí, ¡Dios lo tenía ahí porque lo amaba!

¡No todas las pruebas o aflicciones que Dios permite son para castigarnos o porque las merezcamos! Si algo merecíamos era la muerte eterna y vino a la cruz para salvarnos.

Esos momentos están ahí porque Dios está probando y formando nuestro corazón. Dios tiene un tiempo para contestar todas nuestras oraciones que vayan de acuerdo a su voluntad, tiene planeada la sanidad y restauración que necesitamos nos está formando para un día usarnos en sus propósitos eternos, y cuando esto último suceda seremos las personas más felices, plenas y realizadas sobre la faz de la tierra. Ningún tiempo de espera parecerá ya largo, ningún dolor del pasado tendrá efecto sobre nosotros y ningún hecho del presente o del futuro nos podrá alejar del amor de Dios.

¡Hay un tiempo para nuestra vida! Dios lo cumplirá, utilizará personas, eventos y experiencias para prepararte y la manera en que nuestro corazón reaccione será determinante para que este tiempo no tarde en llegar.

Dios les bendiga abundantemente.

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