sábado, 28 de octubre de 2023

Un momento... Caminando en amor

 


  UN MOMENTO CON DIOS

Caminado en amor

 

“Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante” (Efesios 5. 2)

 

Cuán importante es el amor en nuestra vida y cuando hablamos de amar, viene de inmediato a nuestra mente las personas que nos agradan, simpatizan y aman, familia y amigos, pero Jesús dijo “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. […] Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada.” (Lucas 6. 32 - 35).

Este mensaje no es nada simpático, va en contravía a nuestros sentimientos, porque no es fácil amar a quienes nos han hecho daño, pues lo primero que sentimos es una sed de venganza, y el Señor Jesús sabe cuál es nuestra naturaleza, y el amor que él demanda de nosotros no proviene de los sentimientos sino de nuestra voluntad, amar es una decisión.

Pensemos en las personas que nos han hecho algún daño o han hablado mal de nosotros, que nos han menospreciado o han herido nuestra alma y tomemos la decisión de amarlos en obediencia a Cristo, “y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos” (Lucas 6. 35b).

El amor requiere sacrificio y entrega, por eso Dios entregó a su hijo por la humanidad. “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará” (1 Corintios 13. 4 - 8)

La Biblia nos describe el perfecto amor, es el amor de Dios que ha sido derramado en nuestro corazón, con el cual debemos amar a nuestro prójimo, sea simpático y sea repelente, de igual manera lo debemos amar, solo así podemos decir: caminamos en el amor de Cristo, el mismo amor con el que Él nos amó primero.  

Dios les bendiga abundantemente.

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