UN MOMENTO CON DIOS
El cristiano vive por fe
“Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor”. (Hebreos 11. 29 – 30)
Cuando el pueblo de Israel
llega al mar Rojo, su situación es sumamente difícil. Frente a ellos está el
mar. Detrás de ellos viene faraón con su ejército listos para asesinarlos y
regresarlos a la esclavitud. En otras palabras, estaban contra la espada y la
pared. No podían hacer nada. Ya no había camino para seguir y el ejército los
alcanzaría pronto. ¿Qué hicieron los israelitas? ¿Confiar en Dios? ¿Recordar
los milagros que habían presenciado antes de la salida? No. Reclamaron a
Moisés. Incluso decían que hubieran preferido morir bajo la esclavitud en
Egipto que libres en el desierto. Una verdadera tristeza. No había pasado mucho
tiempo y ya se habían olvidado de las grandes manifestaciones del Señor.
En la historia de Jericó
encontramos algo similar. Jehová les anuncia que es tiempo de entrar en la
tierra prometida, sin embargo, tienen frente a ellos una de las mejores
ciudades amuralladas que jamás haya existido. ¿Cómo lo van a lograr? Tiene
Jericó un ejército que los supera. Recuerda que venían de estar en el desierto
por cuarenta años. Obviamente no esperaban que la tierra prometida estuviera
ocupada. Imagino que estaban esperando llegar y entrar. Sin embargo, hay una
gran muralla protegida por un fuerte ejército que los separa entre su destino y
ellos. Nuevamente vemos una situación de estar frente a la espada y la pared.
Sin embargo, el pasaje nos
dice que el pueblo cruzó el Mar Rojo por tierra seca y que las murallas de
Jericó cayeron. Por fe nos dice la biblia. ¿Fe? ¿No se quejaron cuando llegaron
a estos momentos críticos? ¡Por supuesto que se quejaron! Pero Moisés y Josué
tuvieron fe y se mantuvieron firmes para guiarlos por el camino de Dios.
Es normal tener miedo y dar el
paso de fe. Es normal cuestionarnos cómo pueden mejorar las cosas cuando
estamos frente a la espada y la pared. Lo que no está bien es quedarnos ahí
quejándonos y buscando soluciones por nuestra cuenta. Tu deber, si realmente
quieres agradar a Dios y crecer espiritualmente, es tener fe y dejar que Él
tome el control por completo y sea Él quien divida el mar y derrumbe las
murallas para que puedas cruzar sin ningún problema.
Moisés y Josué no hicieron
ningún trabajo militar ni planearon una estrategia única. ¡Simplemente
obedecieron la voz de Dios! Me encantan las palabras de Moisés en Éxodo 14. 14
que dicen: Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
La fe en acción es dejar que
Dios pelee las batallas por nosotros. Es confiar en Él y no en nosotros. Es
caminar detrás de Él y dar cada vuelta en donde Él de vuelta para no separarte
ni un momento sin importar que haya murallas o mares que cruzar pues sabes que,
de alguna forma u otra, Él se encargará de llevarte al destino final.
Dios les bendiga abundantemente.
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