UN MOMENTO CON DIOS
El enemigo, nuestro corazón
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4. 23)
Jesús enfatizó en el tema del
corazón, porque el corazón es, sin lugar a dudas, el punto crucial de todo
propósito, es allí donde le podemos abrir la puerta a Cristo o a satanás.
La psicología y sus métodos
más avanzados de la ciencia no han podido liberar al hombre de sus grandes
ataduras existentes; pues la fuente del problema humano está en el corazón, en
un EGO innato e insaciable. Alguien dijo: “¡Satanás no es nuestro mayor
enemigo! Los grandes adversarios que el hombre enfrenta son los aspectos de su vida
egocéntrica, no redimidos, no sometidos y ocultos”.
El hombre se ha hundido en
abismos mentales y emocionales, y desconoce la forma de librarse, de huir o
escapar de ellos. Se ha encerrado en prisiones de la vida egocéntrica, tales
como: rutinas, hábitos arraigados, ideas fijas, vicios, complejos, ataduras,
conflictos, tormentos, callejones sin salida, pasiones desordenadas, de las
cuales no puede o no sabe cómo escapar, es tal que hasta los cristianos nacidos
de nuevo luchan contra estas cosas.
Jesucristo tiene la solución a
los males de la humanidad, pues los problemas reales del hombre son
espirituales. Jesús dijo: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
(Juan 8. 32).
Este es el profundo anhelo del
Señor Jesucristo, cuya verdad nos ha sido presentada para hacernos libres de
toda atadura. Dios no ha dejado al hombre sin esperanza, pues le ha provisto la
forma de tener nuevo corazón y espíritu afable y apacible a través de un
encuentro con Jesucristo. Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón, no
quiere decir que la solución sea instantánea; es progresiva a medida que
obedecemos su Palabra y esto es de grande estima delante de
Dios.
Dios les bendiga
abundantemente.
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