UN MOMENTO CON DIOS
De lo pequeño a lo grande
“Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande.” (Job 8. 7)
Con Dios lo que estamos
viviendo al momento no es definitivo, especialmente si lo que estamos
atravesando son tiempos donde todo pareciera salir mal. Vivir en medio de una
sociedad triunfalista, donde el éxito es la meta y la señal de los
triunfadores, sin alcanzar esos parámetros origina una verdadera frustración.
Debemos reconocer que el éxito nos atrae y nos hace creer que si lo alcanzamos
seremos felices.
Por cierto, existen ciertos
beneficios por alcanzar el éxito, pero como cristianos debemos aprender a vivir
fieles en todo tiempo. Éxito sin tener a Dios primero en nuestras vidas, se
transforma en una maldición.
Es por eso que, el pasaje de
hoy nos dice, que los tiempos de principios generalmente son pequeños, donde
cuesta mucho avanzar, donde las luchas y dificultades arrecian, donde vivimos
bajo la sombra del posible fracaso y crece el deseo de volver hacia atrás.
Necesitamos aprender a vivir en los tiempos de las pequeñeces o tiempos donde
lo ideal es cambiado por lo real.
Lo bueno de atravesar los
tiempos de pequeñeces es que son el paso previo para ser exaltados por Dios. El
Dios que dice “aunque tu principio haya sido pequeño” es el mismo que hará que
tu “postrer estado sea muy grande”. Así como no se puede construir un décimo
piso sin edificar primero los anteriores, no se puede llegar al estado muy
grande a menos que aprendamos a caminar en fidelidad hacia Dios en medio de los
tiempos pequeños.
Quitemos de nuestra vida toda
sensación de frustración, y gocémonos en el Señor porque para llegar a ser
grande, primero debemos ser pequeños. Esa es una ley natural y espiritual.
Dios les bendiga abundantemente.
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