UN MOMENTO CON DIOS
Crecimiento Espiritual
“Dios nuestro, en tu presencia la gente buena crece y prospera como palmeras bien plantadas, ¡como los cedros del Líbano! Vivirán muchos años, se mantendrán sanos y fuertes. (Salmo 92. 12 - 14)
Qué gran privilegio y
bendición es ser el padre y ser la madre de un bebé recién nacido. No hay
palabras para describir la alegría que se siente cuando llega un nuevo ser a la
familia.
El deseo del corazón de papá y
de mamá debe ser, ver a cada niño o niña crecer y madurar física y
espiritualmente, en sabiduría y en todo lo que Dios tiene para sus vidas.
Cada padre y cada madre tienen
una contribución importante que hacer en el desarrollo de la vida de un niño o
una niña.
Como padres, pueden sembrar
las semillas de la Palabra de Dios en los corazones de sus hijos.
También pueden orar para que
cada semilla se arraigue profundamente, se alimente con las lluvias de la
bendición de Dios, se bañe con la luz del sol de Su gracia y amor, y su fruto
se vuelva abundante y que sea fructífero en todos los aspectos de la vida.
Dios les bendiga
abundantemente.
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