martes, 2 de septiembre de 2025

Un momento... Hasta el fin del mundo

 


UN MOMENTO CON DIOS

Hasta el fin del mundo

 

“...y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28. 20)

 

Estas palabras cierran el Evangelio de Mateo con una promesa que resuena con ternura y poder. Jesús, antes de ascender al cielo, no deja a sus discípulos con una tarea sin respaldo. Les encomienda la Gran Comisión, hacer discípulos, enseñar, bautizar, pero lo hace asegurándoles su presencia constante. No dice “estaré con ustedes de vez en cuando” o “cuando todo vaya bien”, sino “todos los días”. En cada jornada, en cada lucha, en cada paso incierto, Él está.

Esta promesa no es solo para los once que lo escuchaban en Galilea, sino para todos los que han respondido a su llamado a lo largo de los siglos. Es una declaración de fidelidad divina que trasciende el tiempo y el espacio. Jesús no es un Salvador distante, sino un Compañero presente. Su presencia no depende de nuestras emociones, ni de nuestras circunstancias, sino de su carácter inmutable.

En un mundo donde la soledad y la incertidumbre son frecuentes, esta promesa es un ancla para el alma. Nos recuerda que no caminamos solos. Cuando enfrentamos desafíos en el ministerio, cuando sentimos que nuestras fuerzas se agotan, cuando el fruto parece escaso, Él está. Cuando celebramos victorias, cuando sembramos con lágrimas, cuando discipulamos con paciencia, Él está.

Además, esta promesa nos impulsa a la obediencia. Saber que Jesús está con nosotros no es solo un consuelo, sino también una motivación. Nos anima a vivir con valentía, a predicar con pasión, a servir con humildad. Su presencia transforma la misión en una colaboración divina.

Este versículo también nos invita a confiar. A veces, el camino se oscurece y no vemos con claridad. Pero no necesitamos ver el futuro si caminamos con Aquel que lo sostiene. Su presencia es suficiente. Él es el Dios con nosotros, no solo en Navidad, sino cada día, hasta el fin del mundo.

Dios les bendiga abundantemente.

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