jueves, 6 de octubre de 2016

Leyendo... Números capítulo 29


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LECTURA DIARIA:
Números capítulo 29

Dios estableció muchas fiestas en el calendario de Israel. La Fiesta de las Trompetas era una de las tres grandes fiestas que se celebraban en el séptimo mes, la Fiesta de los Tabernáculos y el Día de la Expiación eran las otras dos. 
En la Fiesta de las Trompetas el pueblo se reunía para celebrar y adorar.
La rutina diaria normal se suspendía y no se realizaba ningún trabajo pesado. El pueblo sacrificaba animales como holocausto a Dios.
El día de sonar las trompetas anunciaba la llegada del nuevo año agrícola. Los meses del año habían sido numerados desde la época del éxodo, pero el comienzo del año se celebraba, de acuerdo con el calendario agrícola, en el séptimo mes.
En la fiesta de Trompetas había que ofrecer un novillo, un carnero y siete corderos, más un macho cabrío como ofrenda por el pecado.
El holocausto del mes se ofrecía el primer día del mes lunar, y era un día de reposo, de sacrificios especiales y sonar de trompetas.
El diez del mes séptimo era un día de ayuno y arrepentimiento por los pecados. Había que ofrecer en holocausto un novillo, un carnero y siete corderos, más un macho cabrío por el pecado. Otro macho cabrío era presentado como sacrificio por el pecado para la expiación.
La Fiesta de los Tabernáculos conmemoraba la peregrinación de Israel por el desierto y el fin de la cosecha. Su observancia comenzaba el quince de «Ethanim» (septiembre). Se celebraba una asamblea solemne el primero y el octavo días, y los israelitas se cobijaban en cabañas con techo de palmas para conmemorar aquella peregrinación. También recibía el nombre de Fiesta de las Cabañas.
Su celebración incluía el sacrificio de grandes cantidades de animales como señal del agradecimiento del pueblo por la cosecha y por la misericordia de Dios. El primer día de la fiesta ofrecían trece novillos, dos carneros y catorce corderos, con un macho cabrío como ofrenda por el pecado. En los días dos al siete de la fiesta ofrecían un novillo menos cada día, pero la misma cantidad de carneros y corderos, y el macho cabrío cada día por el pecado. El día octavo era observado con una asamblea sagrada. Ese día, ofrecían un novillo, un carnero y siete corderos, con el macho cabrío por el pecado.

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