miércoles, 5 de octubre de 2016

Leyendo... Números capítulo 28


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LECTURA DIARIA:
Números capítulo 28

En este capítulo, Dios consideró necesario repetir la ley de los sacrificios. Esta era una generación nueva de hombres; les preocupaba mantener la paz con Dios cuando estaban en guerra con sus enemigos. El sacrificio diario se llamaba holocausto continuo. 
Las ofrendas se tenían que llevar y ofrecer con regularidad bajo la supervisión de los sacerdotes. El pueblo tenía que pasar por un período de preparación para que su corazón estuviera listo para la adoración.
Cada día de reposo, además de los dos corderos ofrecidos para el holocausto diario, había que ofrecer otros.
Esto implicaba duplicar la ofrenda diaria. El culto reconoce el ciclo semanal.
Las ofrendas de las lunas nuevas demostraban gratitud por la renovación de las bendiciones terrenales.
El comienzo de un nuevo mes abría un nuevo ciclo, distinto al semanal. Este también se celebraba en el servicio de adoración.
Así se dedicaba al Señor, por medio de un acto de adoración, cada ciclo de tiempo (diario, semanal, mensual).
La Pascua, seguida por los siete días de panes sin levadura, era la fiesta para recordar la salvación de los primogénitos de Israel y el éxodo de Egipto. Caía en la primavera, el tiempo del nacimiento de los corderos y el comienzo de la cosecha de cebada.
No se exigía ningún sacrificio en el día de la Pascua (14 de Nisán) porque era una fiesta celebrada en casa. Pero cada día durante la fiesta de panes sin levadura (15-21 de Nisán), había que presentar dos novillos, un carnero, y siete corderos, más un macho cabrío por el pecado.
Al día de las primicias se le llama también aquí la Fiesta de las Semanas, y tenía lugar al final de la cosecha del trigo.

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