LECTURA DIARIA:
Deuteronomio capítulo 9
Este capitulo es una continuación de la exhortación de Moisés a Israel. Moisés había amonestado al pueblo a que no olvidara que Jehová iba a proveer en abundancia para las necesidades de Israel, pero el pueblo no podía olvidarse de que estas riquezas fueron bendiciones que el Señor les había dado. Ahora Moisés declara que la victoria contra las naciones que Israel encontraría en Canaán vendría de Dios y no del poder militar que Israel tenía.
Moisés describe la superioridad de las naciones de Canaán, eran más grandes y más poderosas que Israel.
Pero, a pesar de la desproporción de sus fuerzas, de su número y de sus fortificaciones, Israel iba a triunfar sobre ellos, pero su victoria no sería por el poder de su mano sino por la intervención directa de Dios.
La victoria contra los cananeos no aconteció por causa de la justicia de Israel. La tierra fue dada a Israel no porque ellos la merecían o porque tenían el derecho de recibirla. Los cananeos fueron expulsados de su tierra por causa de su impiedad y porque Dios iba a cumplir su promesa hecha a Abraham, a Isaac y a Jacob.
Moisés utiliza la experiencia del monte Sinaí para ilustrar la historia de la desobediencia de Israel y el hecho de que no era digno de recibir el regalo de la tierra prometida. Cualquier alegato de justicia por parte de los israelitas era falso.
Según el registro de Éxodo 32, Moisés actuó inmediatamente, moliendo el becerro de oro hasta convertirlo en polvo para luego forzar al pueblo a beberlo mezclado con agua. Pero evidentemente Moisés pasó cuarenta días y sus noches intercediendo por el pueblo.
La intercesión de Moisés en favor de Aarón no aparece en éxodo. Si el sumo sacerdote de Israel, quien era culpable de la confección del becerro fundido, necesitaba ser salvado del castigo de Dios, cuanto más el pueblo necesitaba de Su misericordia.
Moisés estaba recordándole al pueblo su incredulidad de cuarenta años atrás, cuando tuvieron temor de entrar en Canaán. Los israelitas no habían creído que Dios podía ayudarlos, a pesar de todo lo que El ya había hecho. No quisieron seguirle porque miraron sólo sus propios y limitados recursos, en lugar de mirar a Dios.
La oración de Moisés revela un conocimiento profundo y personal del carácter del Dios de Israel. Moisés apeló a su misericordia, a su fidelidad y a su honor. La oración de Moisés también revela el poder que tiene la persona que vive en relación con Dios. Dios había decidido destruir a su pueblo y empezar una nueva nación con Moisés y su descendencia. Pero Jehová escuchó la oración de Moisés y por medio de su oración Moisés pudo cambiar la decisión de Dios. Dios había decidido destruir a Israel por causa de su desobediencia, pero por la oración de Moisés Israel vivió y después de 40 años Israel estaba preparado para entrar en Canaán y recibir su herencia de las manos de Dios.
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