sábado, 22 de octubre de 2016

Leyendo... Deuteronomio capítulo 7

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LECTURA DIARIAS:
Deuteronomio capítulo 7

El contenido de este capítulo es una exhortación a Israel para vivir una vida separada de los habitantes de la tierra. Moisés prepara el pueblo para su encuentro con los cananeos y su cultura urbana.
El pueblo que había salido de Egipto todavía no estaba preparado para enfrentar la realidad y la consecuencia de la relación política y religiosa con los habitantes de Canaán. La primera decisión de Israel al entrar en la tierra de Canaán era eliminar la posibilidad de que la religión de los cananeos contaminara la religión de Israel. Una vez establecido en Canaán, Israel enfrentaría el peligro de caer en la idolatría y de participar en las prácticas inmorales de los cananeos. Para establecer una política de separación, Moisés prohibió alianzas políticas, intercambios matrimoniales y relaciones culturales o religiosas con los habitantes de la tierra.
La orden que Israel recibió de Moisés fue de expulsar las naciones de Canaán después de la conquista de la tierra.
La santidad de Israel era la base de su relación con Dios. Su santidad significaba que Israel era un pueblo con una misión a las naciones.
La relación especial que Israel gozaba con Dios no era por causa de su número ni del poder de su ejército sino por la gracia de Dios.
Dios escogió a Israel por su amor y porque deseaba cumplir su promesa hecha a los patriarcas.
Moisés termina su exhortación apelando una vez más a la obediencia hacia las leyes y los mandamientos de Dios.
La obediencia de Israel a las leyes de Dios era de suprema importancia porque el cumplimiento de las promesas a los padres dependía de su obediencia a las demandas de la alianza hecha con todo el pueblo en el monte Sinaí.
Una de las consecuencias de la obediencia de Israel era la fertilidad de cada israelita, de los animales y de la tierra.
El pueblo sabía que en Canaán Israel tendría que pelear con naciones más fuertes y más poderosas que ellos. Pero Moisés exhortó a Israel una vez más a confiar en el Dios poderoso que había rescatado a su pueblo de Egipto. Una vez más Moisés declara que Jehová peleará por su pueblo.
Moisés declara aquí que la destrucción total de los moradores de la tierra iba a dejar la tierra abandonada y abierta a los animales salvajes. Las naciones de Canaán serían expulsadas de su tierra a medida que Israel conquistara la tierra.
Por eso, Moisés advirtió a Israel que no debía dejarse atrapar por los ídolos de las naciones conquistadas al codiciar la plata o el oro que había en ellos.

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