sábado, 15 de octubre de 2016

Leyendo... Deuteronomio Introducción


La imagen puede contener: exterior y naturaleza
LECTURA DIARIA:
Deuteronomio Introducción

DEUTERONOMIO es una palabra de origen griego, que significa “segunda ley”. Tal designación expresa sólo en parte el contenido del quinto libro del Pentateuco, ya que este, más que un código de leyes en sentido estricto, es una larga y vibrante exhortación destinada a “recordar” a Israel el sentido y las exigencias de la Alianza.


De allí que las prescripciones concretas estén siempre acompañadas de advertencias, pero sobre todo de promesas.
Deuteronomio está estructurado como una serie de discursos dirigidos por Moisés a los israelitas antes de su entrada en Canaán. Esta forma literaria se explica por las circunstancias que dieron origen a la composición del Libro. Desde tiempos muy antiguos, los sacerdotes levíticos prolongaron la actividad de Moisés, proclamando solemnemente en las celebraciones litúrgicas la Alianza del Señor con su Pueblo elegido. En estas celebraciones, ellos no se limitaban a repetir una Ley fijada para siempre, sino que la completaban y actualizaban, a fin de responder a nuevas situaciones y necesidades.
Entre estos aportes merecen especial atención la ley sobre la unidad del Santuario, los criterios para discernir a los auténticos profetas y las severas prescripciones contra la idolatría. Todo esto estaba destinado a contrarrestar el pernicioso influjo que la religión de Baal y los cultos cananeos ejercían sobre la fe de Israel.
Entre todos los escritos del Antiguo Testamento, Deuteronomio se destaca por su estilo peculiar. Su lenguaje es solemne, pero al mismo tiempo directo, cálido y preocupado por mostrar una incondicional fidelidad al Señor. Es un estilo que quiere hablar sobre todo al corazón.
Dios se manifiesta no como una divinidad fría y distante, sino un Dios misericordioso que está cerca de su Pueblo y le revela su Ley, porque lo ama y espera ser amado con la misma intensidad. De esa manera, Deuteronomio marca un punto decisivo en el camino hacia la revelación definitiva de Dios en el Nuevo Testamento, donde el Apóstol Juan afirma: “Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él” (1 de Juan 4.16)

No hay comentarios:

Publicar un comentario