LECTURA DIARIA:
Números capítulo 24
A pesar de la afirmación de Balaam de que Jehová no cambiaba de opinión, Balac todavía esperaba que Balaam maldiga a Israel. Lo lleva a la cumbre del monte Peor donde Balaam tiene su tercer encuentro con Dios. Y prepararon holocaustos otra vez.
Pero esta vez Balaam no hablaba con sus sentidos, sino el lenguaje del Espíritu que venía sobre él.
Balaam era hechicero y buscaba agüeros o señales que lo ayudasen a predecir el futuro, pero ahora era claro que Dios mismo era quien hablaba, de modo que Balaam no necesitaba otras señales, ni reales ni imaginadas.
Balaam pronuncia su tercera profecía. Empieza declarado que su ojo está abierto. Parece que se refiere al ojo espiritual, que ha sido abierto por el Espíritu de Dios para que vea las realidades espirituales. Afirma que no sólo escucha los dichos de Dios, sino que también percibe la visión dada por Dios Todopoderoso.
En las visiones anteriores, Balaam afirmó la relación especial entre Jehová e Israel y enfatizó lo que Dios ya había hecho por su pueblo. Esta vez, por la revelación del Espíritu, hace predicciones de lo que Jehová ha de hacer por su pueblo en el futuro.
Predice la prosperidad de Israel. Se establecerá en la tierra y será fecundo y fuerte como un huerto bien regado o como un cedro junto a las aguas.
Esto concuerda bien con la predicción de que Israel tendría un rey enaltecido más que Agag, rey de los amalequitas, y que su reino será engrandecido.
Saúl, el primer rey de Israel, derrotó a los amalequitas y su rey Agag.
Balac expresa su enojo y Balaam le responde. Balac le dice a Balaam que se vaya y que Dios lo ha privado de honores. Por anunciar la palabra de Dios, Balaam ha perdido la recompensa que Balac le iba a dar por maldecir a Israel. Pero Balaam repite que no puede decir nada sino lo que Dios le diga.
Antes de irse Balaam le da otra profecía a Balac de lo que Israel hará al pueblo de Moab en los últimos días.
Balaam recibe esta profecía, como la anterior, en una visión extática. En realidad, esta visión desarrolla más la anterior, especialmente en cuanto al rey de Israel que ha de venir; en el futuro, saldrá la estrella de Jacob. Una estrella puede ser el símbolo de un rey.
Israel y su rey dominarán sobre todos sus enemigos. Balac había llamado a Balaam para maldecir a Israel para que Moab pudiera derrotar a Israel. En contraste, Balaam predice que un día Israel y su rey conquistarán a Moab.
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