miércoles, 1 de marzo de 2023

Un momento... Podemos perdonar

 


UN MOMENTO CON DIOS

Podemos perdonar

 

"Si tu hermano peca, repréndelo; pero si cambia de actitud, perdónalo. Aunque peque contra ti siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: -'No lo volveré a hacer'-, debes perdonarlo."  (Lucas 17. 3 – 4)

 

Cuál es nuestra opinión, ¿es fácil perdonar? Para la mayoría de las personas no lo es. El resentimiento duele mucho, y muchas veces se transforma en odio y rencor, llegando muchos a decir. “¡Yo simplemente no puedo perdonar!”.  El resentimiento y la rabia sacan toda la alegría de vivir, y muchos insisten en decir siempre la misma cosa: “¡Yo no puedo perdonar!”

Innumerables personas están cargando hoy con estos sentimientos de amargura.

Quizá seamos nosotros una de esas personas. Si decimos que no podemos perdonar, estamos muy equivocados. Deberíamos decir: “¡No queremos perdonar!”.

Pero, al final de cuentas, ¿Qué es lo que uno gana al no perdonar? ¿Será que eso afecta a la otra persona? Por lo general, no.

Quien no consigue perdonar termina perjudicándose más que aquella persona a quien no perdonamos.

Pero recordemos lo que Dios dice: -“Pero yo, yo mismo soy tu DIOS y por eso perdono tus pecados y los olvido”-. Además de no ser de beneficio para ti, a DIOS no le agrada que no perdones. Incluso ÉL afirma: “Sed buenos y compasivos unos con otros, y perdonaos unos a otros como DIOS os perdonó en Cristo” (Efesios 4.32)

Si no perdonamos iremos engendrando resentimiento que va en aumento hacia el rencor y el odio, haciéndonos esclavos de esos sentimientos y separándonos de Dios. Si queremos ser libres, entonces debemos perdonar.

Perdonar es una decisión de la voluntad propia, es avanzar en nuestro camino o quedarnos paralizados por hechos que ya no se pueden cambiar. Es nuestra elección.

Así que si aún persistimos en no querer perdonar, debemos animarnos a tomar en este día la decisión de perdonar y de buscar la reconciliación. Cristo es la llave para que consigamos perdonar a nuestro prójimo, pues en ÉL encontraremos las fuerzas para perdonar y nos capacitará para hacerlo.

Al perdonar, la paz de Dios llenará nuestra vida, habrá una enorme sensación de paz interior en nuestro corazón y también en nuestra mente, y el nombre de Dios será glorificado porque hemos sido obedientes a Su mandato.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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