jueves, 30 de marzo de 2023

Un momento... Cuánto vale la verdad

 


UN MOMENTO CON DIOS

Cuánto vale la verdad

 

“Compra la verdad y no la vendas; la sabiduría, la instrucción y la inteligencia”. (Proverbios 23.23)

 

No vale la pena ni existe valor alguno en la falsedad. Es uno de los engaños del diablo para lograr que la gente crea que lo falso tiene valor.

Su entero propósito descansa en que los hombres y mujeres crean una mentira como si fuera la verdad. Un estafador depende de la ingenuidad o credulidad de la víctima para hacerle creer la historia falsa que le está inventando, en ese orden, para despojarlo tanto como sea posible de dinero.

1 de Juan 4.1-6 nos exhorta a probar los espíritus por causa de los falsos profetas. Hay quienes son de satanás, y él es quien quiere hacernos creer que tales espíritus provienen o son de Dios. Si no los examinamos y los juzgamos conforme a la Palabra de Dios caeremos en el error y creeremos su falsedad. No compremos la falsedad. No tiene valor alguno, no importa cuán buena parezca.

Pero no esperemos obtener la verdad sin costo alguno.

Dios dice: Compra la verdad. Él no nos dice que la debemos obtener sin pagar algún precio por ella. La verdad tiene su costo. Es preciada. Tiene gran valor. Todas las riquezas del mundo son vanas sin la verdad.

Usualmente, lo que no nos cuesta nada, no es considerado de tanto valor por nosotros.

Pero desgraciadamente, hoy en día, no es de valor para los hombres. Cuán cierto es que actualmente en incontables millones de hogares no hay Biblias, no hay conocimiento de Dios, no hay salvación.

Ellos no tienen esperanza porque la verdad está muriendo. Es una zona desconocida para ellos.

Mucha gente aun yendo a la iglesia no lee la Biblia, por lo tanto no conoce la verdad de Dios en profundidad, por lo tanto no la viven.

El apóstol Pablo nos dice en 2 de Timoteo 4.4: "ellos apartaron sus oídos de la verdad, y se hicieron infames". Él no está hablando aquí acerca de los inconversos. Él está hablando de aquellos que alguna vez escucharon la verdad, conocieron la verdad, caminaron en la verdad, pero se apartaron de ella. Ellos no se preocuparon lo suficiente por mantener la verdad, por defenderla, ni por ser valientes por ella. Así que, la verdad cayó en la calle, y eventualmente, murió. Aquí están aquellos que no dieron valor a la verdad, y también aquellos que llegaron a enamorarse de la falsedad.

No vendamos la verdad que a Jesucristo le costó tan cara, su propia vida. Generalmente vendemos aquello que ya no tiene uso alguno para nosotros.

 

No hay absolutamente nada que se iguale al valor de la verdad. En cualquier ocasión en que nosotros nos despojamos de la verdad, nosotros ya tuvimos pérdida.

La falsedad no se acerca siquiera al valor de la verdad.

¿Cómo puede alguien vender la verdad de la seguridad de la salvación por la falsedad de ganarse el cielo por hacer buenas obras?

Cualquier venta de la verdad sería una terrible pérdida.

¡Cuán ricos somos cuando nosotros damos valor a la verdad, cuando nos preocupamos por ella, cuando la promovemos para los demás!

Dios les bendiga abundantemente.

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