lunes, 20 de marzo de 2023

Un momento... Cuán grande es la gracia de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

Cuán grande es la gracia de Dios

 

"Así, pues, justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien tenemos también, por la fe, acceso a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios."  (Romanos 5. 1 – 2)

 

Gracia es mucho más que una cualidad que hace agradable a una persona. La palabra comunica la idea de bendición. Como hijos de Dios, somos los receptores de gracia, la cual es derramada sobre nosotros por nuestro Padre Celestial.

El favor de Dios se ve en nuestra salvación, como nos dice Efesios 2. 8 “Por gracia sois salvos”. La bendición es inmerecida, no se gana.

ÉL actuó puramente por Su misericordia. Sacrificó SU precioso Hijo, Jesucristo, para que pudiéramos ser reconciliados con ÉL y adoptados en Su familia.

La gracia es también la esfera en que ejercemos la vida cristiana.

En el momento de la salvación, fuimos trasladados del reino de las tinieblas al reino de la luz " y, con gozo, daréis gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo," (Colosenses 1. 12 - 13). Aquí, ponemos en práctica nuestra nueva identidad como hijos de Dios y le glorificamos.

La hermosura de la gracia se hace especialmente evidente cuando consideramos quiénes fuimos una vez, un pueblo hostil al Señor y alejado de ÉL. Estábamos muertos espiritualmente, viviendo de acuerdo con nuestros intereses egoístas "Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados," (Efesios 2. 1)

Pero ahora, por la fe en el Señor Jesús como nuestro Salvador, Dios nos ha justificado y nos ha dado una vida nueva. Ha declarado que tenemos una posición correcta delante de Él "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu," (Romanos 8. 1)

Todos nuestros pecados fueron puestos sobre Jesús, y Su justicia ha sido acreditada a nuestra cuenta de forma permanente.

Imagínate viviendo en el favor de Dios. Internaliza esta verdad, y luego da gracias a Él.

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

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