UN MOMENTO CON DIOS
Vale la pena esperar la
voluntad de Dios
“Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. ¡Espera en Jehová! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera en Jehová!” (Salmo 27. 13 – 14)
La disciplina de la espera es
una de las más difíciles de practicar. Esto es especialmente cierto cuando el
deseo de nuestro corazón está a nuestro alcance, y estamos seguros de que Dios
está a punto de darnos esa bendición. Pero el Señor siempre tiene un buen
propósito cuando nos pide que esperemos, aun cuando no podamos discernir Su
motivo por meses o incluso años. Aunque difícil, la espera es esencial para
vivir en obediencia y para cosechar bendiciones.
Una de las razones principales
por las que los creyentes se apartan de la voluntad de Dios y, en consecuencia,
de la comunión con ÉL, es el deseo de actuar por cuenta propia sin recibir
primero orientación divina.
Cometemos este error muy a
menudo al tratar de hacer algo que creemos que complacerá al Señor. Pero
la manera de agradar a nuestro Padre es seguir las frecuentes exhortaciones de
la Biblia en cuanto a la espera.
No obstante, es posible
confundir la espera con la ociosidad. Hacer una pausa para recibir
instrucciones requiere una inmovilidad consciente, es decir, la decisión de no
actuar hasta que Dios nos dé dirección clara.
Su plan para nuestra vida no
requiere ninguna deducción de nuestra parte; ÉL nos dará instrucciones
cuando sea el momento adecuado, así que debemos estar en oración y mantenernos
en Su Palabra si queremos recibir Su dirección.
Esperar es difícil. No
queremos quedarnos quietos cuando nuestra inclinación natural dice: “¡Actuemos
ahora, este es el momento!”
Pero los creyentes sabios
esperan hasta haber escuchado la dirección de Dios. Sólo entonces podremos
seguir adelante con confianza, sabiendo que estamos caminando en Su voluntad.
Dios les bendiga
abundantemente.
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