UN MOMENTO CON DIOS
¡Confiemos no desistamos!
“Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios, sino que pone su amor en la ley del Señor y en ella medita noche y día. Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien! (Salmo 1. 1 – 3)
Cuando todo salga mal y ya
intentamos todas las alternativas,
no nos desesperemos… Dios
proveerá de una solución.
Él es un Dios fiel y nos
guardará de todo mal.
¡Los momentos difíciles no son
eternos! Son como tempestades, sólo duran un momento. Miremos hacia
atrás y veamos cuántas cosas peores ya pasamos y superamos.
Algunas veces necesitamos las
tribulaciones en nuestra vida para hacernos madurar. Por tanto, ¡Animémonos!
Cuando estemos tristes, miremos
al cielo y fijémonos. ¡Cuán grande es!
Si Dios fue capaz de crear el
cielo,
¡Imagínenos resolver nuestros
problemas… que son tan pequeños comparados con una obra tan grandiosa como es
el cielo!
Nuestros problemas NO son
mayores que el poder de Dios.
Hagamos como los atletas de
las Olimpiadas. Aunque no consigan llegar en primer lugar, ¡luchan por llegar
hasta el fin!
Por lo tanto, no desistamos de nuestros ideales.
Luchemos hasta el fin, no
desistamos a la mitad del camino, digamos:
“¡Vamos a vencer!”
Si estuviéramos tristes, ¡lloremos!,
¡aliviemos el alma! Pero ¡Jamás dejemos que la tristeza nos venza!
Jesús dice: “¡Alégrate! ¡Ten
buen ánimo que Yo estoy contigo!”
¡Busquemos a Dios con todo el
corazón!
Recordemos que buscar a Dios
es una búsqueda constante, diaria.
Dios tiene una solución para
tus problemas.
¡¡¡Para Dios nada es
imposible!!!
Busquemos amigos que nos hagan
crecer personal y espiritualmente.
¡Tengamos sueños!
Es en nuestros sueños que Dios
nos revela su infinito poder.
¡Nunca dejemos de soñar! ¡Tengamos
objetivos!
En el recorrer de nuestra vida
encontraremos personas que serán como “agua fría “Dirán que somos incapaces…
¡que es imposible!
Dirán que aquello que tanto
anhelamos no es para nosotros.
¡No desistamos, el Dios que
servimos es el Señor del Universo!
Y tengamos la certeza que días
mejores vendrán. Y todo tiene un propósito en nuestra vida. Nada es por
casualidad.
Entreguemos nuestros pasos al
Señor, confiemos en Él y Él nos guiará.
Dios les bendiga
abundantemente.
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