UN MOMENTO CON DIOS
El poder del amor.
“Así que se puso en camino y regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión de él. Corrió a su encuentro, y lo recibió con abrazos y besos.” (Lucas 15. 20)
Las limitaciones del idioma a
veces disminuyen nuestra comprensión de los conceptos de las Sagradas
Escrituras. Por ejemplo, sólo hay una palabra para amor en español, pero el
Nuevo Testamento usa dos palabras griegas diferentes.
Una de ellas, FILEO, se
refiere al cuidado y afecto fraternal, pero el término más
poderoso ÁGAPE significa un compromiso sacrificial con el bienestar,
la seguridad y el desarrollo de los demás. Esta es la clase de amor que Dios siente
por nosotros, y que el Espíritu Santo produce en los creyentes y por medio de
ellos.
Tal vez la mejor manera de
entender el amor ÁGAPE es ver cómo es. En su parábola del hijo
pródigo, Jesús se refiere al amor sacrificial de un padre por su hijo
descarriado. Cuando el joven exigió su herencia de manera prematura, el padre
no se negó a su petición, aunque sabía que lo llevaría solamente a la amargura.
Entonces, a pesar del sacrificio personal y financiero, dio a su hijo su parte.
Después, el padre esperó con paciencia mientras el hijo pródigo aprendía una
lección difícil.
Sin duda, ése fue un tiempo difícil
para el padre, porque un buen padre quiere proteger a sus hijos de los errores
y de sus consecuencias. Pero un hombre sabio también sabe que algunas verdades
difíciles deben aprenderse por medio de una experiencia dolorosa. A veces, lo
mejor que podemos hacer es confiar en que el Señor tocará los corazones
rebeldes.
Pero el
amor ÁGAPE no solo deja ir; también perdona y restaura. Cuando
el hijo pródigo regresó a casa, humilde y contrito, su padre corrió hasta él
para recibirlo y restituir su lugar en la familia; lo mismo hace el Padre
Celestial por nosotros.
Dios les bendiga
abundantemente.
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