viernes, 19 de agosto de 2022

Un momento... Las tres respuestas de Dios a la oración

 


UN MOMENTO CON DIOS

Las tres respuestas de Dios a la oración

 

 “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7. 7 – 11)

 

Muchas veces, los creyentes ven a Dios como un gran Santa Claus en el cielo: pensamos en nuestras oraciones, no como peticiones, sino como exigencias. Si Dios no nos da lo que le pedimos, tenemos entonces una crisis de fe, creyendo que ÉL ya no nos responde. El problema está en que no entendemos bien las tres respuestas que da Dios a la oración:

Sí. ¡Nos encanta esta respuesta! No hay nada tan estimulante o que inspire más la fe que el ver cómo el Señor mueve montañas para darnos lo que una vez veíamos como imposible.

No. Aquí es donde comienzan nuestros problemas. Pero tenemos que aceptar el hecho de que Dios también responde “no” a nuestras preguntas.

No porque ÉL sea avaro o indiferente, sino todo lo contrario. ÉL es generoso, amoroso, y se preocupa por Sus hijos. 

Mateo 7. 11 no dice que Dios dará “todo a quienes le pidan”, ¿verdad? No. Dice que el Padre Celestial dará lo que sea bueno para aquellos que le pidan. Muchas veces, dar “cosas buenas” significa que Dios nos niegue lo que ÉL sabe que no es bueno para nosotros.

Espera. Esta respuesta puede ser aún más dura que un “no” directo. Lo que sucede es que algunas cosas que pueden ser buenas, no son buenas para nosotros hoy.

Recordemos que Dios es eterno; ÉL siempre lo ve todo. Por eso, si ÉL considera que la bendición de mañana no es una bendición hoy, nos la negará por un tiempo, hasta que estemos preparados para recibirla.

No reaccionemos equivocadamente si la respuesta de Dios no es la que esperábamos.

¡Por el contrario, alabemos al Señor por responder nuestras peticiones de la mejor manera para nuestra vida!

Dios les bendiga abundantmente.

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