martes, 29 de septiembre de 2020

Tiempo... Salmo 7. 1 - 4

 


TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

“Jehová Dios mío, en ti he confiado; Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, No sea que desgarren mi alma cual león, Y me destrocen sin que haya quien me libre. Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad; Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo)”. Salmo 7. 1 – 4.

 

 Cuando le decimos a DIOS que confiamos en Él, es porque pase lo que pase, digan lo que digan dependemos de Él,  y esperamos en Él.

Porque no le podemos decir eso a DIOS, y vivir afanados por las cosas que hay a nuestro alrededor.

David le dice al Señor: “Sálvame y líbrame”, él le está diciendo a DIOS: “si tu no me libras, nadie me podrá librar”. La pregunta que nos debemos hacer es: ¿quién puede hacer algo o librarse de un problema sin la ayuda de DIOS?

Tenemos que reconocer que el único que nos puede librar o sacar adelante se llama Jesucristo.

Cuando un hombre ha hecho la paz con DIOS por todos sus pecados, en función de la gracia y la misericordia, por medio del sacrificio del Mediador, puede apelar a la justicia de DIOS para decidir, en contraste con sus enemigos.

No podemos venir y quejarnos si nos están pasando cosas malas, si sabemos muy bien que hemos actuado mal, no podemos decir, porque no prospero si  sabemos muy bien que no oramos ni buscamos primeramente Su Reino. No podemos quejarnos de que hablan mal de nosotros, si hemos hablado mal de otras personas.

Hay gente que dice: ¡DIOS porque a mí, porque me pasan estas cosas! Pero si se examinaran bien se darían cuenta que muchas de sus obras no han sido las correctas; lo primero que tenemos que hacer es arrepentirnos de nuestras malas obras, para que DIOS nos pueda librar, restaurar y levantar.

DIOS prueba la mente y el corazón. No hay nada oculto para Él. Esto puede aterrarnos o consolarnos. Nuestros sentimientos son un libro abierto para El. Debido a que conoce hasta nuestras motivaciones, no tenemos dónde escondernos, ni manera de escapar de las consecuencias del pecado.

Pero ese mismo conocimiento también nos da un gran consuelo. No tenemos que impresionar a DIOS ni disimular la verdad.

En vez de eso, podemos confiar en que Él nos ayudará a fortalecer nuestras debilidades particulares para poder servirle como Él lo ha planeado.

Si verdaderamente buscamos seguirlo, nuestro esfuerzo será recompensado.

La Biblia dice en Mateo 6.6: “que el que le busca en lo secreto, DIOS le honrará en público”, el salmista David sabía muy bien que cuando vives una vida santa y agradable delante de DIOS, el Rey de reyes nos honrara delante de aquellos que se han levantado en contra nuestra.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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