lunes, 14 de septiembre de 2020

Tiempo... Salmo 48. 9

 


TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

"En tu misericordia, oh Dios, hemos meditado, en medio de tu templo." Salmo 48. 9.

 

La vida ofrece circunstancias que nos llevan a meditar y reflexionar, cada problema, cada situación difícil, cada adversidad nos abre la puerta hacia la posibilidad de pararnos y pensar sobre nosotros mismos, sobre nuestra vida. Por esto se ha vuelto tan popular prácticas como el yoga y algunas otras prácticas orientales. La pena de esto es donde está el enfoque, todas estas formas de meditar se basan en la autosatisfacción, en la paz interior, en la búsqueda de un nivel espiritual que sea superior al normal, todo basándose en nosotros mismos y esto sin duda es un grave error.

La meditación no solo es buena, es totalmente necesaria, pero enfocada de la manera correcta, mirando al sitio indicado y sin duda el salmista sabía cuál era el mejor sitio "en tu misericordia, oh Dios, hemos meditado, en medio de tu templo."

La meditación efectiva y duradera es aquella que se basa en DIOS, ahí es donde encontramos realmente el éxito de detenernos y pensar.

Es más, tanto es así que en la Biblia, sobre todo en los salmos, encontramos la palabra Selah, que en español quiere decir "detente y medita".

La meditación es buena con el enfoque correcto, reflexionar sobre nosotros mismos buscando aumentar nuestra espiritualidad nos conducirá sin ninguna duda al fracaso, ya que es imposible que el ser  humano cambie su corazón desviado, es imposible por nuestras fuerzas soportar la presión y el deseo de nuestro corazón a hacer lo malo, no podremos nunca conseguir cambiar nuestra tendencia natural.

Pero meditar en la misericordia de DIOS pone cada cosa en su lugar, pone a DIOS en el cielo, con su gloria, su majestad, su santidad, su poder, su justicia a vista de todos y al hombre en la tierra, con su miseria, su pecado, su maldad, su tendencia hacia lo malo y su incapacidad de acercarse a DIOS.

Ante esta realidad vemos la necesidad de reflexionar, pero hacerlo a través de DIOS, a través de sus atributos y entonces es ahí, al contemplar un DIOS tan grande que vemos la gran misericordia que ha tenido por nosotros, que inmerecidamente nos ha dado salvación, esto produce un quebrantamiento interno por nuestras ofensas y es por medio de este dolor de haber ofendido a DIOS que podemos crecer espiritualmente, es a través de conocer su gracia y de experimentarla que podemos vivir con paz, que podemos tener tranquilidad interior, que empezamos a interesarnos por la santidad y DIOS tuerce nuestro corazón hacia el bien.

Meditar en la misericordia de DIOS, no hay nada tan grande y tan maravilloso como esto.

Vemos la vida de una manera diferente, caminamos, trabajamos de manera diferente, aún nuestro diario trabajo cobra un significado diferente, nuestros afectos cobran un significado diferente. 
Entendemos el propósito de la vida, por lo tanto ya no nos sentimos inquietos ni agitados. 
Cada día viviremos diversos cambios, que nos harán una mejor persona, un ser humano íntegro y un cristiano constante en el camino del Señor.

Dios les bendiga abundantemente.

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