domingo, 20 de septiembre de 2020

Tiempo... Salmo 33. 6 - 15

 


TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

“Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos, por el soplo de su boca, todos los astros. Él junta y almacena las aguas del mar profundo. Honren al Señor todos en la tierra; ¡Hónrenlo todos los habitantes del mundo!

Pues él habló, y todo fue hecho; él ordenó, y todo quedó firme. El Señor hace fracasar por completo los proyectos de los pueblos paganos, pero los proyectos del Señor permanecen firmes para siempre. Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor, el pueblo que ha escogido como suyo. El Señor mira desde el cielo y ve a todos los hombres; desde el lugar donde vive observa a los que habitan la tierra; él es quien formó sus corazones y quién vigila todo lo que hacen”. Salmo 33. 6 – 15.

 

La Palabra de DIOS es poderosa. DIOS utilizó Su voz, no para destruir, sino para crear. Por la Palabra de DIOS fue creado este universo en el cual nos encontramos. Él dijo: "Hágase la luz". “Y fue la luz" (Génesis 1.3). Todo comenzó a existir cuando Dios habló. Por Su Palabra existen todas las cosas creadas. La vegetación, la vida animal y el ser humano fueron creados por la Palabra de DIOS.

¡Qué gran poder hay en la Palabra de DIOS! No sabemos cómo lo hizo, pero sí sabemos que El lo hizo y esto es lo importante. 

Las Naciones Unidas han elegido, seguramente con buena intención, para poner en una sala central un versículo de Isaías 2. 4, que en parte dice. . . “Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra”.

Creemos que pusieron allí el versículo equivocado porque no nos parece que los pueblos allí representados estén convirtiendo las armas en instrumentos de trabajo sino, más bien, reemplazando las armas actuales por otras de más avanzada tecnología y mayor poder destructivo.

En vez de aquel versículo deberían haber colocado el Salmo 33.10: “El Señor hace nulo el plan de las naciones”. Habría sido más apropiado teniendo en cuenta la verdadera realidad de la carrera armamentista en el mundo.

Hay atributos de DIOS que a los seres humanos nos encantan, nos gusta decir que DIOS es todopoderoso, nos gusta decir que DIOS es amor, que DIOS es perfecto, que DIOS es fiel, que DIOS es misericordioso. En cambio hay otros que no nos gustan tanto, su santidad por ejemplo, porque al compararnos con su santidad nos vemos sucios, su justicia, ya que es la que nos muestra que merecemos ir al infierno.

Pero hay uno de sus atributos que el ser humano rechaza por completo, ya que si es cierto entonces el hombre y la mujer dejarían de ser sus propios dueños, dejarían de poder decidir y quedan a la merced de DIOS, sin ninguna duda hablamos de la soberanía de DIOS.

No se conoce quien escribió este salmo, pero hay algo que queda claro, quien lo escribió conocía a DIOS, solo de esta manera puede llegar a escribir y plasmar estas palabras.  En otras palabras todo lo que existe depende y se sostiene en DIOS, todo lo que ocurre, ocurre porque DIOS quiere que ocurra.

La soberanía de DIOS es aceptar que ÉL hace lo que quiere, como quiere, cuando quiere, de la manera que quiere y con quien quiere. Absolutamente todo está bajo la soberanía de DIOS, desde la decisión más pequeña, hasta los acuerdos políticos internacionales más importantes están comandados por DIOS. Nada se escapa a su soberanía, incluso los cabellos que caen de nuestra cabeza están permitidos por Él. Este es un DIOS soberano.

La historia de la humanidad está escrita por la mano de DIOS, el permitió las revoluciones, las dictaduras, todo lo que existe, y ¿podrá alguien recriminarle algo? ¡Nunca! ¿Acaso no sabe DIOS lo que es mejor? Todo entra en el plan perfecto de que DIOS reciba su gloria. Ningún ser humano debiera recriminarle nada a DIOS, sino todo lo contrario, temblar ante un DIOS el cual es ofendido cada día de la historia, ante un DIOS que con una palabra podría destruir el universo y sin embargo, sigue siendo paciente y misericordioso.

Cuando confiamos en el nombre de DIOS, nuestros corazones se llenan de alegría.

Al someter al control de DIOS nuestros pensamientos, planes, problemas e interrogantes, aprenderemos a ver las cosas como DIOS las ve.

Y aunque al hombre no le guste que le marquen el camino a seguir, porque nos gusta pensar que somos dueños de nuestras vidas, que nosotros somos quienes decidimos nuestro porvenir. Pero esto solo es una mentira que nos hemos dicho y creído, solamente DIOS es quien ordena y se cumple, todo lo que ocurre está dentro de su voluntad.

Esta es la perfecta soberanía de DIOS y lo mejor que nos ha podido pasar.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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