martes, 31 de marzo de 2020

LO QUE DEBEMOS CONOCER



LO QUE DEBEMOS CONOCER
¿Qué es la transformación?

Si pensamos por un momento en la Metamorfosis de la mariposa pudiéramos decir que durante su proceso de evolución, este animalito sufre una serie de transformaciones hasta que llega a ser un ejemplar adulto con un aspecto muy agradable y digno de admiración, y por supuesto muy diferente al de sus etapas anteriores (ya sea como huevo, oruga o crisálida). Realmente los cambios son muy significativos, visiblemente mejores y muy admirables.

Por algo la Biblia usa este término para referirse al cambio que debe producirse en el cristiano cuando el Espíritu de Dios comienza a morar en él.
La metamorfosis es un término que va más allá de un simple cambio de apariencia, o de un área de la vida, o de cierta faceta.
La metamorfosis genera una condición que dispone las condiciones para que haya un cambio absoluto generado desde adentro y que abarca todas las facetas, es decir, no queda nada sin ser afectado por la metamorfosis, es evolutivo, lo cual hace que cada etapa sea mejor que la anterior con un fruto visible y agradable.
La metamorfosis no es una apariencia que tomamos por conveniencia o una máscara que podemos usar en ciertos ambientes, son procesos que nos llevan a avanzar hacia cambios muy significativos y hasta irreversibles, ya que es imposible que una mariposa retroceda a su etapa anterior: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición…” (Hebreos 10.39).
La metamorfosis está en la genética de la mariposa, es su proceso de cambio natural generado por la propia vida de este animal, y en condiciones favorables pues simplemente ocurre este cambio.
De igual manera, en el cristiano ha sido implantada por la obra del Espíritu Santo una nueva naturaleza, un nuevo corazón, nuevas condiciones que generan una metamorfosis hasta llegar a la adultez, o a ser un “varón perfecto”, como lo describe la misma palabra, con cualidades dignas de admiración que reflejan la gloria visible de Su Señor y Creador (Ezequiel 11.19).
Es el mismo proceso de pasar de oruga a una vistosa mariposa. Por esta razón la transformación del cristiano no significa un mejoramiento de su calidad de vida, no es una práctica de formas de actuar para ser más agradable, es una reforma total de pensamiento, emociones y conducta. Que todo aquel que ha nacido de nuevo debe experimentar, sin excepción.
Dios les bendiga abundantemente.

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