domingo, 1 de marzo de 2020

Tiempo... Mateo 27. 30 - 35



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza.
Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz. Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera, le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”. 
Mateo 27. 30 – 35.

Pensemos un poco en la cruz de Cristo, Él pensó en nosotros y aceptó la voluntad del Padre. Todos los eventos de su muerte, reflejan la sombra de la cruz, vergüenza, humillación, dolor, sufrimiento y salvación.
El destino del ser humano gira alrededor de Jesús y de su obra en la cruz del calvario.
¿Qué significa la cruz para nosotros?
El apóstol Pablo dijo en Gálatas 6.14: “Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo”.
Pensemos que significa la cruz para aquellos que viven a nuestro alrededor. Nuestra familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, estudio, etc.
Si no estamos seguros que ellos han venido a la cruz de Cristo en fe y creído en lo que Jesús hizo en el calvario por ellos; hoy somos la voz de esperanza y salvación. Somos el instrumento que puede llevar a cada una de estas personas a un encuentro personal con Jesucristo. Pidamos a Dios que prepare el corazón de cada uno de ellos y que nos dé denuedo para compartir el mensaje del evangelio.
Hoy proclamemos que el Señor Jesucristo dio su vida por amor a la humanidad, que el Rey de los judíos vive, que su historia no terminó ahí; sino que se levantó triunfante y glorioso. Jesús salió de la tumba en el poder de la resurrección. Este es el mensaje que estamos comisionados a compartir. La cruz de Cristo trajo una nueva oportunidad para nosotros, no se la neguemos a los demás.
¿Dónde, cómo y en qué situaciones podemos ser testigos del Cristo Vivo?
Dios les bendiga abundantemente.

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