domingo, 15 de diciembre de 2019

Tiempo... Génesis 48. 12 - 14



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“José quitó a los niños de las rodillas de su padre, y se inclinó hasta tocar el suelo con la frente.  Luego tomó a los dos, a Efraín con la mano derecha y a Manasés con la izquierda, y los acercó a su padre.
Así Efraín quedó a la izquierda de Israel y Manasés a su derecha.  Pero al extender Israel sus manos, las cruzó y puso la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y la mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, aunque él era el mayor”.  Génesis 48. 12 – 14.

Hoy en día hay un elemento que no puede faltar en la vida de cualquier persona, una agenda, que puede ser un teléfono móvil con sus recordatorios, o cualquier cosa que nos recuerde que tenemos cosas que hacer.
El ser humano siempre ha querido planificar su futuro, tanto el inmediato como el próximo, siempre ha querido tener a mano todo lo necesario para descansar tranquilo.
Siendo Israel ya anciano, José llevó a sus dos hijos ante él para que les bendijese. José sabía cómo funcionaba la cosa, el mayor recibía como primogénito una mayor bendición que el menor, esto era así y ya preparó a sus dos hijos para que su abuelo bendijese a cada uno. Pero Israel sabía lo que era ser el menor y recibir la bendición, sabía cuál era el plan de Dios, así que cruza sus manos y les bendice al revés, el menor recibe mayor bendición.
Pocas cosas hay que le puedan fastidiar más a un hombre que el hecho de no recibir aquello que les pertenece, nos sabemos todos nuestros derechos laborales, civiles, penales, etc. No nos van a engañar, y si lo intentan ya buscaremos la manera de reclamarlo. Nos gusta planificar y hacer nuestro propio camino, preparar nuestro futuro en cuanto a nuestras decisiones. Nadie puede decirnos qué camino tomar, somos dueños de nuestro destino.
Todo esto está muy bien, pero olvidamos una cosa, no somos dueños de nada, si somos hijos de Dios. Un hijo de Dios, no puede hacer planes porque su Señor es quien toma las decisiones.
Lo mejor de que Dios gobierne nuestras vidas es que todo lo que hace lo hace por nuestro bien, a veces es verdad que tuerce nuestros planes, pero todo con un propósito porque “hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte”. Él como un buen pastor nos guía y nos lleva a “lugares de verdes pastos” y “junto a aguas de reposo me conduce”.  
Tener planificación en nuestra vida es bueno, pero no hay mayor planificación que la de Dios, así que como el salmista digamos “ve en mi, si hay camino malo, y guíame en el camino eterno.”
Dios les bendiga abundantemente.

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