domingo, 29 de diciembre de 2019

Tiempo... 2 Corintios 2.11



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“…para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus ardides”. 
2 Corintios 2. 11


En la mitad de una clase, en una universidad, uno de los alumnos, inesperadamente, le preguntó al profesor:
– ¿Usted sabe cómo se capturan los cerdos salvajes?
El profesor creyó que era una broma y esperaba una respuesta graciosa.
El joven respondió que no era una broma, y con seriedad comenzó su disertación:
– Para capturar cerdos salvajes, primero se localiza un lugar en la floresta al que los cerdos salvajes suelen ir, y allí se coloca diariamente un poco de maíz en el suelo.
Así, los cerdos salvajes vienen todos los días a comer el maíz “gratis” y, cuando se acostumbran a venir diariamente, usted va construyendo una cerca alrededor del lugar donde se acostumbraron a comer, un lado por vez…
Cuando ellos se acostumbran a un lado de la cerca, vuelven para comer el maíz, y usted construye otro lado de la cerca…
Ellos vuelven a acostumbrarse y vuelven a comer.
Usted va construyendo la cerca alrededor, poco a poco, hasta instalar los cuatro lados del cercado alrededor de los cerdos.
Al final, instala una puerta en el último lado.
Los cerdos ya están habituados al maíz fácil y a las cercas, y así comienzan a venir solos por la entrada.
Es entonces cuando usted cierra el portón y captura a todo el grupo.
Así de simple, paso a paso, hasta que en el último segundo los cerdos pierden su libertad.
Ellos comienzan a correr en círculos dentro de la cerca, pero ya están presos.
Después, comienzan a comer el maíz fácil y gratuito.
Se acostumbran tanto a eso que se olvidan de cómo cazar por sí mismos, y por eso aceptan la esclavitud.
Incluso, se muestran agradecidos con sus captores y, durante generaciones van felices al matadero.
Ni siquiera desconfían de que la mano que los alimenta, es la misma que los mata.
Esta es la táctica que utiliza el enemigo para ganar nuestro favor y comprar nuestra voluntad.
Nos muestra todas aquellas cosas que nos pueden gustar y nos las ofrece en bandeja de forma tentadora.
Y una vez que comenzamos a gustar de esas cosas y entramos en su trampa al tiempo nos damos cuenta que hemos rendido nuestra voluntad y perdido nuestra libertad, y lo que es peor terminamos aceptando la esclavitud así como los cerdos salvajes.
Pablo nos advierte claramente en 2 Corintios 2.11 que la manera de evitar que satanás tome ventaja sobre nosotros es no ser ignorantes de sus maquinaciones, sus engaños y sus esquemas.
No tenemos porqué caer presos en los esquemas de diablo. Él puede planear cosas en contra nuestra durante todo el día. Puede amenazarnos y tratar de atraparnos con toda clase de engaños.
Pero no tenemos que caer en su trampa.
En un mundo lleno de trampas, el diablo nunca podrá atraparnos si vivimos nuestra vida, bajo la sombra del Omnipotente.
Dios les bendiga abundantemente.

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