miércoles, 7 de febrero de 2018

Un momento... LAS COSAS QUE DIOS ABORRECE


UN MOMENTO PARA PENSAR EN DIOS
LAS COSAS QUE DIOS ABORRECE

"Seis cosas aborrece el Señor, y aun siete le son abominables: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies que corren presurosos al mal, el testigo falso, que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos."
(Proverbios 6. 16 – 19)

La idea de que tenemos que ser benévolos y comprensivos con los culpables está ampliamente difundida, y los que la propugnan no han tenido el valor de aplicar un programa severo de castigo. Ese es uno de los problemas de la sociedad actual, y uno de los factores que está desintegrando esta sociedad. Dios está dispuesto a castigar a los culpables.
A DIOS no le afecta la opinión pública. A DIOS no le intimida ninguna apariencia que pueda ofender al ser humano. DIOS dijo que de ninguna manera tendría por inocente al culpable. Sus leyes son inviolables e inexorables”.
Vamos entonces a examinar esta lista, que aparece como lo que DIOS aborrece.
Los ojos altivos. Es la actitud de una persona que se sobrevalora a sí misma y subestima a otras. Se trata del orgullo. Es ese pensamiento del corazón, es esa mirada leve y al desviar la cabeza, ese destello en la mirada expresa que una persona se considera mejor que los demás. DIOS dice "Yo detesto esa actitud". DIOS detesta la mirada altiva.
DIOS aborrece la lengua mentirosa.
Recordemos que la cosa más peligrosa hoy en este mundo es la lengua mentirosa. Hay muchas personas que han sufrido el ataque por este medio de otras personas y es como si hubiesen sufrido un asesinato a su reputación. Así que debería estar más controlado el uso de la lengua.
La tercera cosa que DIOS detesta son las manos que derraman sangre inocente.
Un asesino es especialmente odioso e inaceptable ante DIOS y los hombres. DIOS dice que el asesino debe ser castigado porque arrebató a alguien algo que DIOS dijo que era sagrado, la vida humana.
La cuarta cosa que DIOS detesta es el corazón que maquina pensamientos perversos, planes inicuos.
Todos tenemos malos pensamientos. En Mateo 15.19 el Señor Jesús dijo: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias”. Realmente, es peligroso lo que proviene del corazón humano.
Todos necesitamos confesar nuestros pensamientos, necesitamos ser limpiados. DIOS está en estos casos, como el médico divino, tratando la anatomía o, mejor dicho, la patología del mal y de la maldad, las enfermedades espirituales del ser humano, y los diferentes síntomas que aparecen de tales enfermedades.
La quinta cosa que DIOS aborrece son los pies que corren presurosos al mal.
Debemos andar por el Espíritu, y no satisfacer los deseos de la carne, (Gálatas 5:16). “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención” (Efesios 4.30)
Ahora, la sexta cosa mencionada, aparece aquí en la primera parte del versículo 19, y es el testigo falso que dice mentiras. Hoy en día no es raro que la gente cometa perjurio. Parece ser uno de los pecados más comunes de nuestro tiempo. Y es algo que Dios detesta.
Esta aparece aquí en la segunda parte del versículo 19 y es el que siembra discordia entre hermanos. Existe una bienaventuranza, pronunciada por el Señor, que mira al problema desde el lado positivo. La encontramos en Mateo 5.9 y dice: “Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios”.
Hay verdaderas multitudes de personas que están sembrando la discordia, y no están todos motivados políticamente. Se encuentran en su propio vecindario, y hay posibilidades de que también haya algunos en su iglesia.
Esta lista de siete pecados es como un espejo. Echamos una mirada al espejo y nos avergonzamos, porque nos vemos a nosotros mismos. A la luz de la Palabra de DIOS, veamos como realmente somos, vayamos ante la presencia de DIOS y confesemos estas cosas que a El tanto le desagradan. Seamos honestos con El y pidámosle que nos limpie.
Dios les bendiga abundantemente.

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