jueves, 22 de febrero de 2018

Leyendo... Proverbios 3




LECTURA DIARIA:
Proverbios 3

El versículo 1 habla de la ley, la Ley (Torá), el nombre judío del Pentateuco, cuyo significado literal es «enseñanza», constituye el fundamento de la rectitud.

La misericordia y la verdad son dos cualidades importantes del carácter. Ambas involucran acciones así como también actitudes. Una persona misericordiosa no solo siente amor, además actúa con lealtad y responsabilidad. Una persona veraz no solo cree la verdad, también trabaja para lograr justicia para otros. Palabras y pensamientos no son suficientes, nuestras vidas revelan si en verdad somos misericordiosos y veraces.
Hay dos palabras de significado especial en este pasaje: «reconocer» y «caminos». La palabra “caminos” sugiere las oportunidades específicas que una persona confronta de continuo,  debemos reconocer a Dios todos los días, quien entonces dirigirá nuestros senderos.
La palabra «reconocer», con el significado de conocer por medio de la observación, la investigación, la reflexión o la experiencia directa con Dios.
Debemos confiar en Dios completamente en todas las decisiones que tomemos.
Dios «enderezará» la senda de sus hijos.
Para recibir la dirección de Dios, dice Salomón, debemos colocarlo a Él en el primer lugar de nuestra vida. Esto significa entregarle cada esfera de la vida.
La corrección de Dios, por dura que sea, prueba su amor e interés por los seres humanos.
Para muchas personas, castigo tiene una connotación negativa debido a que algunos de los que los aplican no son moderados. Dios, sin embargo, es la fuente del amor. No nos castiga porque disfrute hacernos sufrir, sino porque está muy preocupado por nuestra madurez. Sabe que para lograr ser moralmente fuertes y buenos, debemos aprender la diferencia entre el bien y el mal. Su amorosa disciplina nos permite hacerlo.
Hay una lista de lo que ofrece la sabiduría,  longevidad, riqueza, reconocimiento, gozo, paz, vitalidad y felicidad.
Postergar hacer lo bueno es una falta de consideración e injusticia, ya sea que se trate del pago de un préstamo, la devolución de una herramienta o el cumplimiento de una promesa. Retener lo que no nos corresponde destruye la confianza y crea grandes problemas.
Dios castiga al impío, pero bendice al justo.

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