sábado, 13 de agosto de 2016

Leyendo... Levítico capítulo 3

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LECTURA DIARIA:
Levítico capítulo 3

Las ofrendas de paz tenían que considerar a Dios como el dador de todas las cosas buenas. Se repartían entre el altar, el sacerdote y el dueño. 
Consistía en sacrificar un animal, una parte del cual era quemado, otra comida por los sacerdotes, y otra devuelta para ser consumida por quien presentaba la ofrenda.
Se llamaban ofrendas de paz porque en ellas era como si Dios y su pueblo celebraran juntos, en señal de amistad.
Esta ofrenda representaba la intimidad y comunión con Dios. Era una ofrenda de acción de gracias. Cristo se muestra en al Nuevo Testamento como “nuestra paz” (Efesios 2.14). Dios ha hecho la paz mediante la sangre de Jesucristo. (Colosenses 1.20)
Cristo es nuestra Paz, nuestra ofrenda de Paz; pues por su solo intermedio podemos obtener una respuesta de paz a nuestras oraciones.
Aquí hay una ley que prohibía comer grasa y sangre. En cuanto a la grasa, se refiere a la grasa de las partes internas, el sebo. La sangre fue prohibida por la misma razón, porque era la parte de Dios en todo sacrificio.
Dios no permitía que la sangre que hacía expiación fuera usada como cosa corriente.
Esto enseñó a los judíos a respetar la distinción entre las cosas comunes y las sagradas; los mantuvo apartados de los idólatras.

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