sábado, 6 de agosto de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 37

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 37

El arca (también llamada el arca del pacto) fue construida para contener las tablas de los Diez Mandamientos. Simbolizaba el pacto de Dios con su pueblo. 
Dos ángeles de oro llamados querubines ("ángeles guardianes") se encontraban en la parte superior. El arca era el objeto más sagrado de Israel y se guardaba en el lugar Santísimo del tabernáculo. Sólo una vez al año el sumo sacerdote entraba al Lugar Santísimo para rociar sangre en la tapa del arca (llamada propiciatorio) para expiar los pecados de la nación entera.
La descripción dada aquí de las cosas dentro del sagrado edificio es casi palabra por palabra la misma que la contenida en el capítulo 25. Pero no por esta razón debe ser considerada como una repetición inútil de cosas insignificantes; porque por la enumeración de estos detalles, se puede ver cuán exactamente todas las cosas fueron ejecutadas según el “modelo mostrado en el monte”; y el conocimiento de la correspondencia exacta entre la prescripción y la ejecución era esencial para los propósitos del edificio.
El todo de aquel edificio sagrado estaba arreglado con miras de enseñar por medio de cada parte de su aparato los grandes principios fundamentales de la revelación divina. Cada objeto era simbólico de alguna verdad importante; cada mueble era el jeroglífico de una doctrina o de un deber; sobre el piso y a lo largo de los costados de aquel edificio movible, era exhibido, por signos emblemáticos dirigidos a la vista, todo el esquema reparador del evangelio.
El tabernáculo, como la ley de la cual era una parte, era un ilustración para llevarnos a Cristo: así como las paredes de una escuela están cubiertas con figuras, por medio de las cuales los niños, de una manera adecuada a sus capacidades y adaptada como para atraer su mente, están guardados en constante y familiar recuerdo de las lecciones de piedad y virtud, así también el tabernáculo estaba destinado, por medio de sus muebles y todos sus arreglos, para servir como “sombra de cosas por venir”.

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