domingo, 28 de agosto de 2016

Leyendo... Levítico capítulo 18

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LECTURA DIARIA:
Levítico capítulo 18

El rescate del pueblo de la tierra de Egipto supuso no solamente sacar al pueblo hebreo de allí, sino también la remoción de las prácticas idólatras y paganas del corazón del pueblo. 
Israel se convirtió en un pueblo dedicado al servicio de Dios, gracias a la acción liberadora del Señor.
Dios les advirtió que dejaran atrás todos los aspectos de su trasfondo pagano. También les advirtió cuán fácil era caer en la cultura pagana de Canaán, adonde se dirigían. La sociedad y las religiones de Canaán apelaban a los deseos mundanos, especialmente la inmoralidad sexual y la embriaguez. Los israelitas tenían que mantenerse puros y apartados para Dios. Dios no quería que su pueblo fuera absorbido por esta cultura y ambiente que los rodeaba.
En este capítulo se destaca la importancia de mantener relaciones sexuales apropiadas.
El casamiento entre parientes estaba prohibido por Dios por razones físicas, sociales y morales. Los niños que nacen de parientes cercanos pueden experimentar serios problemas de salud. Sin estas leyes específicas, la promiscuidad sexual hubiera sido muy común, primero en las familias, después afuera. Las relaciones sexuales impropias destruyen la vida de la familia.
Aquí se nombran algunas abominaciones, o acciones malas, las relaciones sexuales entre parientes cercanos, cometer adulterio, ofrecer a los hijos como sacrificio a los ídolos, tener relaciones homosexuales, tener relaciones sexuales con animales.
Estas prácticas eran comunes en las religiones y culturas paganas y es fácil ver por qué Dios trató severamente a aquellos que comenzaron a seguirlas. Tales prácticas conducen a enfermedad, deformación y muerte. Destruyen la vida de la familia y de la sociedad y revelan una baja estima de los valores de uno y de los demás. Hoy día, la sociedad toma algunas de estas prácticas muy a la ligera, tratando incluso de hacerlas aceptables. Pero siguen siendo pecados ante los ojos de Dios.

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