miércoles, 3 de agosto de 2016

Leyendo... Éxodo capítulo 34

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LECTURA DIARIA:
Éxodo capítulo 34

Cuando Dios hizo al hombre a su imagen, la ley moral fue escrita en su corazón por el dedo de Dios, sin medios externos. Pero como el pacto entonces hecho con el hombre fue quebrantado, el Señor ha usado el ministerio de los hombres, tanto para escribir la ley en las Escrituras, como para escribirla en el corazón. Cuando Dios se reconcilió con los israelitas, ordenó que las tablas fuesen renovadas y escribió su ley en ellas.
Como señal abierta de su presencia y manifestación de su gloria, el Señor descendió en una nube y, desde allí proclamó su Nombre; esto es, las perfecciones y el carácter denotados por el nombre Jehová.
El Señor Dios es misericordioso: pronto para perdonar al pecador y socorrer al necesitado.
Piadoso: bueno y dispuesto a conceder beneficios inmerecidos.
Tardo para la ira, es longánime, concede tiempo para el arrepentimiento, y sólo castiga cuando es necesario.
Él es grande en misericordia y verdad: hasta los pecadores reciben en abundancia las riquezas de su magnificencia aunque abusen de ella. Todo lo que Él revela es verdad infalible, todo lo que promete lo hace con fidelidad.
Que guarda misericordia a millares: continuamente Él muestra misericordia a los pecadores hasta el fin del tiempo, y tiene tesoros que no se pueden agotar.
Que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado: su misericordia y bondad llegan al perdón pleno y gratuito del pecado.
Y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado: la santidad y justicia de Dios son parte de su piedad y amor para con todas sus criaturas. Nadie tiene perdón sino los que se arrepienten y abandonan la práctica intencional de todo pecado; ninguno que abuse, descuide o desprecie esta gran salvación podrá escapar.
Al renovar el Pacto, Dios dijo a los israelitas que no se comprometieran con la gente pecaminosa que los rodeaba, sino que entregaran su lealtad absoluta y exclusiva devoción a El. La adoración pagana simplemente no puede ser mezclada con la adoración al Dios santo.
Una vez por semana debían reposar aunque sea en la temporada de siembra y de cosecha.
Tres veces al año ellos debían presentarse ante el Señor Dios, el Dios de Israel. Aquí se mencionan tres fiestas: -1. La Pascua, que recuerda la liberación desde Egipto. -2. La fiesta de las semanas o fiesta de Pentecostés; agregada a esta está la ley de las primicias.
3. La fiesta de la cosecha o fiesta de los Tabernáculos. -Moisés tenía que escribir estas palabras para que el pueblo las conozca mejor.
El rostro de Moisés resplandecía después de haber estado con Dios. El pueblo podía ver con claridad la presencia de Dios reflejada en él.

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