domingo, 19 de junio de 2016

Leyendo... Génesis capítulo 49. 1 - 4



LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 49. 1 - 4

Antes de morir, Jacob convocó a todos sus hijos para bendecir a cada uno.  En la cultura bíblica, esa última bendición del padre era muy importante, y era considerada como parte de la herencia que un padre les dejaba a sus hijos. 

La bendición de Jacob no consistía en desear buenas cosas para los hijos.  La bendición bíblica no está basada en “buenos deseos”, sino en una apreciación profética.  Está basada en la apreciación del carácter de cada hijo, según el padre lo aprecia con ojos espirituales.  En otras palabras, la “bendición paterno” son palabras proféticas que reflejan lo que el padre ve con ojos espirituales en los hijos. 
Lo curioso de la bendición final de Jacob es que sus palabras no sólo iban dirigidas a sus hijos, sino que estaban proyectadas también a su descendencia después de ellos.   
Jacob tuvo una revelación de lo que acontecería en los “días venideros”.  El texto en hebreo dice: Ajarit HaYamim, que literalmente significa: últimos días.
En ese tiempo Jacob llegó a entender que el proceso de selección ya había terminado.  Dios no iba a elegir a uno de sus hijos y rechazar a otros.  A partir de ese momento, todos iban a formar parte de la nación que Dios estaba formando para traer bendición a todas las familias de la Tierra, tal como lo había prometido a Abraham e Isaac (Génesis 12.1-3; 26:3-4).
A continuación veremos las bendiciones que Jacob le dio a cada uno de sus hijos.
La bendición final para Rubén, tal vez nos parezca una extraña forma de bendecir, ya que son palabras fuertes.  Pero recordemos que esta bendición final es una profecía. 
Rubén era el hijo primogénito de Jacob.  Como tal, le pertenecía el liderazgo de la familia y la doble porción, los cuales eran los derechos de primogenitura (Deuteronomio 21.17). Sin embargo, en sus últimas palabras, Jacob le dijo a Rubén que él había perdido su derecho como primogénito, a causa del pecado que había cometido. 
En el Libro de las Crónicas, donde se presenta la cronología de los Hijos de Israel, se explica a quién le fue cedido esos derechos de primogenitura en la familia de Israel. (1 de Crónicas 5.1)  
Jacob describe a Rubén como “incontrolable como el agua”.  Rubén era un hombre que se dejaba llevar por las emociones, en lugar de guiarse por los principios. Alguien así no puede ser un buen líder.  Si no pudo contenerse de acostarse con la concubina de su padre, difícilmente lo haría en otras cosas.
No sólo Rubén perdió el liderazgo de Israel, sino también sus descendientes.  En toda la historia de la nación, nadie sobresalió de esa tribu.
Jacob sabía que Rubén no había sido el mejor líder entre los hermanos.  Por eso no le convenía que él se quedara con la autoridad en la familia. 
Mañana seguiremos viendo las bendiciones de Jacob al resto de sus hijos en el capítulo 49 de Génesis.

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