LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 32
Luego de
haber estado veinte años en el exilio, Jacob finalmente iba en camino de
regreso a la Tierra Prometida.
Su retorno
marca el momento en que los descendientes de Abraham finalmente dejaron atrás
su tierra de origen y su parentela. Esta separación se hizo formal con el
“pacto de separación” entre Labán y Jacob tal como lo vimos en el cap.
31.
Ya no había
vuelta atrás. Jacob había quemado el puente por el que podía huir.
Ahora no le quedaba más que ir hacia adelante y enfrentar al hermano que lo
amenazó de muerte muchos años atrás.
En ese
momento, Dios le envió un mensaje de ánimo a Jacob, haciéndole ver que el Señor
estaba complacido con su retorno a la Tierra Prometida.
Dios les
envió ángeles para cuidarlos en su camino.
Jacob
necesitaba saber que el Señor lo acompañaba en su regreso, ya que iba a
encontrarse con su hermano Esaú.
Jacob pudo
tratar de pasar desapercibido, pero no lo hizo. Aunque Esaú estaba
lejos, Jacob decidió enviarle un mensaje contándole de su regreso. En
lugar de “evadir” la confrontación, podría decirse que la provocó. Sin
embargo, lo hizo de una forma humilde. Él quería arreglar las cosas con
su hermano de una vez por todas.
Esaú no
respondió al mensaje de Jacob. Simplemente salió a su encuentro,
acompañado de 400 hombres. Eso no daba la impresión de ser un encuentro
amistoso, sino el preámbulo de un ataque. Jacob dividió a la familia en
dos y los mandó al otro lado del río para protegerlos.
Jacob tomó
sus precauciones, pero la defensa más importante fue que Jacob clamó a Dios
pidiéndole protección. En ese momento, él le recordó a Dios la promesa
que El le había hecho de traerlo con bien de regreso a la Tierra.
Jacob apeló a
lo que Dios le había dicho. Jacob había obedecido, y ahora le pedía a
Dios que cumpliera su parte. También hizo referencia a la promesa de
Abraham, la cual él recibió de su padre como herencia espiritual. Jacob ya
había visto que Dios cumple Su Palabra, y por eso oró con fe, sabiendo que Dios
es bueno y justo. También oró con humildad, reconociendo que no merecemos
la misericordia divina, pero Dios la da porque nos ama.
Jacob no
reaccionó violentamente a la amenaza de Esaú viniendo acompañado de tantos
hombres, sino que se quedó en su lugar, esperando la llegada de su
hermano. Pero no se quedó con los brazos cruzados, sino que dispuso hacer
algo para ganarse su favor, enviarle regalos por adelantado.
Aun así,
Jacob no podía poner su confianza total en los regalos. Sabía que tenía
que proteger a su familia y ponerlos a salvo, en caso que los regalos no fueran
suficientes para ganarse el favor de Esaú.
Jacob llevó a
su familia al otro lado del río. La rivera de ese río es muy accidentada,
lo cual lo hace difícil cruzar. De esta forma, los protegería, o por lo menos
haría difícil que los alcanzaran.
Pero Jacob se
quedó del lado del río en que venía Esaú.
En su regreso
a la Tierra Prometida ,
Jacob estaba anticipando el encuentro que tendría con su hermano Esaú.
Pero antes de encarar a su hermano, Jacob tuvo otro encuentro con un hombre con
quien Jacob comenzó a luchar. Evidentemente pelearon por mucho tiempo, y
antes del amanecer el hombre quería irse, pero Jacob no quería.
Jacob no
preguntó la identidad del hombre, pero este sí a Jacob. La pregunta seguramente
lo sacudió. Si le preguntaba su nombre, es porque no se conocían.
Pero el hombre no hizo la pregunta por desconocer la identidad de Jacob, sino
para cambiar su identidad.
Para
entonces, Jacob ya se había dado cuenta que no peleaba con un hombre común y corriente,
sino con alguien especial, hasta divino. El quería saber exactamente con
quién había luchado, sin embargo, el “hombre” no quiso revelarle su identidad.
Jacob supo
que había visto a Dios. La
Biblia dice que un hombre, sin haber sido santificado, no
puede ver a Dios porque muere. Dios es tan santo que nadie puede
sobrevivir ante Su Presencia y Gloria pura.
Pero hay una
excepción a esto, y es Jesucristo, quien es Dios, pero se despojó de su gloria
para poder estar entre los hombres. Si Jacob estuvo ante Dios y vivió,
quiere decir que estuvo con Jesús. Esta es una de muchas teofanías que
aparecen en el Antiguo Testamento.
El Señor
bendijo a Jacob, y como parte de la bendición, le cambió el nombre.
ISRAEL en
hebreo es “Yisrael”. El significado de esta palabra no es completamente
claro, pero algunos creen que significa: “Dios prevalecerá”
Esta
bendición fue muy importante, porque allí nació la nación de Israel. A
partir de este momento, todos los hijos van a ser incluidos en el pueblo que
Dios, como parte de la promesa a Abraham, Isaac y Jacob. Esta es la semilla del
pueblo de Israel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario