jueves, 9 de junio de 2016

Leyendo... Génesis capítulo 39



LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 39

En el capítulo 39 de Génesis, la narrativa vuelve a enfocarse en la vida de José, quien ahora estaba en Egipto.

José fue vendido a Egipto como esclavo.  Es muy probable que él guardara resentimiento contra sus hermanos por haber permitido eso; pero seguramente él guardaba la esperanza que su padre lo rescataría, porque él sabía que su padre lo amaba mucho.  Pero él no contaba con que sus hermanos le dirían que estaba “muerto”.
Seguramente José esperó el día de su liberación, pero éste nunca llegó. Lo que es admirable es que José evidentemente tomó la decisión de no amargarse, sino que sacar el mejor provecho de cada situación en donde se encontraba.
Cuando llegó a Egipto, los ismaelitas vendieron a José como esclavo a un oficial del Faraón.
Uno podría pensar que no había peor situación que esa.  Pero aún en medio de circunstancias adversas, José siempre daba lo mejor de sí.  Esa buena actitud lo ayudó a salir adelante y prosperar.
Cuando las cosas iban mejorando para José, inesperadamente se complicaron, la mujer de este oficial intentó seducir a José.
José pudo haber caído ante la tentación, y dejarlo todo oculto.  Pero José no sólo respetaba a su amo, sino que temía a Jehová.  Él hizo lo correcto ante Dios y ante los hombres.
Lo que comenzó como una propuesta indecente se convirtió en acoso.  Pero José siguió firme.  Lamentablemente, la esposa de Potifar tomó mal el rechazo; se sintió ofendida y planificó vengarse de él y humillarlo. 
Al enterarse de los acontecimientos, Potifar reaccionó con ira enviando a José a la cárcel.
El hizo lo correcto, pero lo castigaron injustamente. Ante eso, José pudo haberse amargado, pero no lo hizo.  El supo mantener una buena actitud, a pesar de las circunstancias.   
José era tan buen líder que adondequiera que iba todos confiaban en él, porque hacía todo con excelencia.  Su padre Jacob confió en José como líder (Génesis 37.13-14), al igual que lo hizo Potifar (Génesis 39.6).  Aún en la cárcel, José comenzó a destacar. 
A pesar de que estaba en la cárcel, el Señor estaba con José.

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