LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 45
Los hermanos
de José pasaron la prueba. Defendieron a su hermano en lugar de abandonarlo.
En ese
instante, José ya no pudo contenerse más y reveló quién era.
Allí mismo
José se desahogó por todos los años de dolor, pero también por la emoción al
ver que todo lo que había pasado no había sido en vano.
José pudo ver
el propósito de Dios en todo lo que había acontecido.
¿Cuál fue la
reacción de los hermanos? Al principio se quedaron mudos y
atónitos. Les costó procesar no sólo que estaban viendo a José su
hermano, sino también ver hasta donde había llegado.
Pero después
de la sorpresa, les entró miedo. Temieron que José aprovecharía la
situación para vengarse de ellos por lo que le hicieron, a pesar de que José
les aseguró que Dios lo había permitido por un buen propósito. Los
hermanos debían aprender a recibir el perdón de José, pero también debían
perdonarse a sí mismos por la falta que cometieron.
La noticia de
José y sus hermanos se hizo pública en todo Egipto. Llegó también a oídos
del Faraón.
El favor que
José había alcanzado con el Faraón también se dejó sentir sobre toda su
familia. José entendió bien que todo lo que pasó él fue para bien, y para
preservar a su familia.
Jacob envió
regalos al gobernador de Egipto para que sus hijos hallaran gracia delante de
él. Pero de regreso él recibió mucho más; y el mejor regalo de todos fue
la noticia de que su José vivía.
Aquí no se
revela si sus hijos le contaron “toda” la verdad de lo que le había sucedido a
José. Pero lo que se hace evidente es que a Jacob no le interesaba
escuchar los detalles. Todo lo que quería oír era que su hijo amado vivía
aún, y no podían retrasarse en su partida para ir a verlo.
El texto
bíblico dice que Jacob “revivió”. Después que creyó que José había
muerto, Jacob quedó como “muerto en vida” (Génesis 37.34-35); pero él volvió a
tener esperanza y ánimo luego de la buena nueva que su hijo vivía.
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