LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 46
Cuando Jacob
se enteró de que su hijo José todavía vivía, naturalmente quiso ir a buscarlo
inmediatamente.
Pero, en el camino se dio cuenta de lo que esto
implicaba. Aunque Jacob quería ver a su hijo José, no quería salir de
Salir de la
tierra, especialmente a su edad, conllevaba el riesgo de ya no regresar
más. Jacob se encontraba en un dilema, por un lado, el propósito de su
vida estaba conectado con la tierra; por el otro lado, su hijo José lo esperaba
en Egipto. Seguramente el corazón de Jacob estaba partido. Por eso buscó
dirección de Dios. En Beerseba, Abraham e Isaac habían invocado el Nombre
de Dios.
Beerseba era
la ciudad más al sur de la
Tierra Prometida ; después de esta, comenzaba el camino a
través del desierto que lleva a Egipto. En el pasado, Dios le había dicho
a Isaac que no descendiera a Egipto, y él nunca dejó la Tierra Prometida.
Si Jacob salía de la
Tierra Prometida , ¿seguiría vigente la promesa de Dios de
heredarla a sus hijos?
Ante este
dilema, Jacob buscó a Dios. Lo buscó, y lo halló. Dios le respondió
a través de una visión nocturna.
La respuesta
de Dios calmó la preocupación de Jacob. El Señor le aclaró que era Su
voluntad que Jacob y toda su familia fueran a Egipto.
Teniendo la
aprobación y la dirección de Dios, Jacob ya marchó con la seguridad de estar en
la voluntad divina. Ahora tenía la libertad de gozarse plenamente en el
encuentro con su hijo José.
Se menciona
que TODOS los Hijos de Israel fueron a Egipto. Los menciona por nombre, y al
final dice que eran setenta descendientes de Jacob que llegaron a Egipto.
Jacob no se
dirigió a la capital de Egipto, donde José se encontraba. Más bien, se
quedó en Gosén, una tierra adecuada para todo el ganado que llevaban.
Desde allí, Jacob mandó a informar a José que ya habían llegado.
José no podía
a esperar más, y fue de inmediato a encontrar a su padre.
Fue un
encuentro muy emocional, sin lugar a dudas. Jacob no sólo vio a su hijo
que tanto amaba, sino que vio cómo el Señor había cumplido todos sus
sueños. Pudo ver la mano de Dios al llevarlos allí para preservarles la
vida; pero también, como Él le reveló, los llevó allí para hacer de ellos una
gran nación.
Gosén es el
territorio que el Faraón luego le concedería a la familia de Jacob para
mantener su ganado.
En Egipto no
era bien visto el oficio de pastor. Dios lo sabía, y era parte de su
estrategia; por eso llevó a los Hijos de Israel a Egipto para que no se
mezclaran con otros pueblos sino que formaran una nación apartada. Jacob
y sus hijos iban a vivir en Egipto, pero no se iban a mezclar con los egipcios.
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