LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 37
A partir del
capítulo 37, el libro de Génesis narrará la historia de los hijos de Jacob,
todos los cuales llegarán a formar la nación de Israel.
Vimos que
Jacob encontró su reposo en la fe en Dios, pero los hijos de Jacob comenzaron
una lucha por el liderazgo en la familia.
Desde
pequeño, José comenzó a tomar un puesto de liderazgo, a pesar de ser uno de los
menores. Los hermanos mayores les molestaba eso, pero sobre todo
resentían que su padre favoreciera a José sobre los demás hijos.
El texto dice
que José era “el hijo de su vejez”. Él no era el único que le nació
cuando era viejo, ya que Benjamín era el menor. Según la tradición, la
expresión “hijo de la vejez” se refiere al hijo que es elegido para hacer
compañía al padre en su vejez.
Los demás
hijos iban a trabajar normalmente, mientras que José permanecería en compañía
permanente de su padre. Eso le permitía aprender directamente de su
padre, y asimilar toda su sabiduría.
El problema
es que Jacob prefería a José por sobre todos sus hijos, y ello provocó
enemistad entre ellos. Esta preferencia se hizo evidente con el regalo de
una túnica especial.
Quien usaba
la túnica, se distinguía de los demás. Al ponerle la túnica especial,
Jacob estaba señalando a José como el hijo que asumiría la autoridad en la
familia y a quien todos debían reconocer como especial.
José tuvo un
día dos de sueños proféticos que confirmaron su destino como líder entre sus
hermanos. José no fue prudente, y se los contó a sus hermanos sin tomar
en cuenta la animadversión que ellos tenían en su contra.
Lamentablemente,
en su juventud José era inmaduro e imprudente, y no supo tratar con sabiduría
la relación con sus hermanos.
En una
ocasión, sus hermanos llevaron al rebaño al norte, y Jacob lo envió tras ellos.
Cuando José
llegó a donde supuestamente estaban sus hermanos, no los encontró. Por lo
tanto, siguió hacia el norte, buscándolos.
Los hermanos
lo vieron llegar de lejos. No se alegraron de verlo, sino todo lo
contrario. En ese momento, vieron la oportunidad para deshacerse de
él.
Los hermanos
buscaban la forma perfecta de deshacerse de él, al estilo de Caín, pero
uno de ellos salió en su defensa.
Rubén estaba
pensando en su padre y cómo le afectaría la muerte de su favorito. Por eso
decidió seguir el rumbo a sus hermanos, pero luego tenía la intención de
liberar a José.
Cuando José
llegó, los hermanos ejecutaron su plan.
Los hermanos
siguieron el plan sugerido por Rubén, y tiraron vivo a José en el pozo seco. Luego
de tirar a José al pozo, los hermanos se sentaron a comer.
Pero mientras
comían, a Judá se le ocurrió vender a José a un grupo de ismaelítas que venían
de Galaad e iban para Egipto.
Pero unos
madianitas se adelantaron a los hermanos de José, y ellos sacaron al joven del
pozo y lo vendieron a los ismaelitas que pasaban por allí en ese momento.
Los
madianitas eran un grupo diferente a los ismaelitas; los madianitas eran
comerciantes locales, mientras que los ismaelitas eran comerciantes
itinerantes.
Rubén fue el
primero en enterarse de lo que había pasado, ya que él se había adelantado a
los demás con el fin de liberar a José. Pero, para su sorpresa, José ya
no estaba en el pozo.
Luego de lo
sucedido a José, los hermanos quedaron preocupados por la reacción que tendría
su padre ante la pérdida de José. Podrían haberle dicho la verdad, y el
padre iría sin duda a rescatar y a redimir a su hijo. Pero los hermanos
decidieron inventar una historia, porque ya no querían ver más a José.
Para defenderse ante el padre, maquinaron una explicación.
Jacob
reconoció la túnica, y creyó que su hijo estaba muerto. En ese momento,
cayó sobre él una tristeza profunda, y Jacob ya no volvió a ser el mismo.
Los hijos
tenían la medicina que consolaría el alma de su padre, pero no se la
dieron. Tan grande era su odio, o el miedo por la reacción de su padre si
se enterara de lo que verdaderamente ocurrió.
Mientras los
hermanos creían que se les había cumplido su sueño de “deshacerse de José”, en
realidad el sueño que comenzaba a tomar forma era el de José. Dios llevó
a José a Egipto como esclavo para convertirlo luego en el líder que salvaría a
esa nación y también a la familia completa de Jacob.
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