lunes, 13 de junio de 2016

Leyendo... Génesis capítulo 43



LECTURA DIARIA:
Génesis capítulo 43

En el capítulo anterior vimos que Jacob no dejó ir a Benjamín a Egipto, por temor a perderlo.
  Pero no pudo sostener su decisión por mucho tiempo, ya que el hambre continuó.
Jacob no sospechaba que “el hombre” de quien hablaban era su hijo José.  Pero, aunque no sospechaba de su verdadera identidad, José estaba en constantemente en su memoria.  En el fondo, él culpaba a sus hijos por su “muerte” (que en realidad era desaparición).
José sabía qué preguntarles, porque los conocía.  El quería saber si su padre aun vivía, y su hermano Benjamín estaba bien, o lo habían tratado igual que a él.   
En esta parte de la historia, comenzamos a ver señales de arrepentimiento por lo que los hermanos le habían hecho a José, no sólo de parte de Rubén, sino también de Judá.
Si Jacob no los dejaba ir, todos perecerían, incluyendo a Benjamín.  Por lo tanto, no tuvo más opción que dejarlos ir.  Los envió con regalos para el gobernador, además del doble de dinero, por lo que les había sido devuelto.
Todos los hijos de Jacob se fueron en caravana a Egipto, para comprar alimento, y para recuperar a Simeón, quien había quedado preso.  Supuestamente Simeón había quedado como “garantía”, pero no regresaron por él.  Hicieron lo mismo que con José, lo abandonaron.  Pero necesitaban alimento, y por eso regresaron a Egipto.
La reacción de José al ver a sus hermanos hizo evidente que él no buscaba la venganza.  Sólo quería confirmar que no habían tratado a Benjamín como lo habían hecho con él.  Cuando confirmó que su hermanito estaba vivo, los atendió a todos espléndidamente.
Probablemente José invitó a sus hermanos a su casa para que no se fueran. Si se les daba los alimentos, ellos ya no tendrían razón para quedarse y se marcharían rápido.  Pero José no quería perder la oportunidad de conversar con ellos y revelarles quién era él.
Sin embargo, los hermanos no se dejaron impresionar.  Más bien, creyeron que la invitación era una trampa.   
Desde la perspectiva de los hermanos, todo parecía demasiado bueno para ser realidad.  Todavía tenían sospechas, así que prepararon los regalos que traían para ganarse el favor de José.
Aquí vuelve a cumplirse el sueño que tuvo, con sus hermanos inclinándose ante él.  Todo se estaba cumpliendo, según el plan de Dios.
En ese momento, José volvió a preguntarles sobre su padre y también sobre su hermano menor.
Al ver a Benjamín, José se conmovió.
José les estaba dando pistas para que lo reconocieran: preguntando por su otro hermano, sentándolos a la mesa en el orden de nacimiento.  Pero ellos no dedujeron nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario