LECTURA
DIARIA:
Génesis
capítulo 44
En el
capítulo anterior vimos que los hijos de Jacob se presentaron ante José
acompañados de Benjamín. Esa era una de las condiciones que el gobernador
de Egipto había puesto para dejar libre al hermano que había quedado preso,
Simeón.
Al ver a su
hermano menor, José se conmovió. Él estaba casi listo para revelarles
quién él era, pero antes quería ponerles una última prueba. Seguramente él
quería asegurarse de que ellos realmente hubieran cambiado y no harían lo mismo
con Benjamín como lo habían hecho con él.
Esta vez, los
hermanos eran inocentes, pero José provocó esa situación para probar el corazón
de sus hermanos.
Una señal de
madurez de sus hermanos, fue el hecho que no se defendieron ni le echaron la
culpa a alguien más, sino que asumieron su responsabilidad.
Si José
hubiera querido, él se hubiera podido vengar de sus hermanos en ese
momento. Pero su intención no era castigarlos sino probar su corazón.
Todavía en
ese momento, José se preguntaba si sacrificarían a su hermano Benjamín y lo
abandonarían, tal como lo habían hecho con él en el pozo.
Pero los
hermanos probaron que habían cambiado.
Judá había
quedado como responsable de Benjamín ante su padre. Por eso, él tomó el
liderazgo, y habló con completa sinceridad.
En ese
momento José se enteró de lo que le habían contado a su padre. Se dio
cuenta que su padre no lo había abandonado, sino que lo tenía por muerto y por
eso no salió a buscarlo. Esa fue una gran revelación para José.
Judá siguió
hablando, y lo que dijo fue prueba suficiente de que había cambiado, pues ahora
estaba dispuesto a dar su vida por Benjamín.
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