UN MOMENTO CON DIOS
En quién podemos confiar.
“Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia.” (Proverbios 3. 5)
El día antes de cumplir
52 años, Abraham Lincoln salió de Springfield, Illinois, para convertirse en presidente
de los Estados Unidos. Con la amenaza de la Guerra Civil que se
avecinaba, se despidió de los amigos y vecinos que habían venido a despedirle.
- “Ahora me voy”-,
les dijo, - “sin saber cuándo, y si alguna vez, regresaré, con una tarea
delante de mí, mayor de la que el presidente George Washington llevó sobre
sí. No puedo tener éxito sin la ayuda del Ser Divino que siempre me ha
asistido. No puedo fracasar con dicha ayuda. Confiando en ÉL, quien
puede ir conmigo y que permanece con ustedes y en todas partes siempre,
esperemos confiadamente que todo salga bien. Encomendándoles a Su
cuidado, así como espero que ustedes me encomendarán en sus oraciones, me
despido de ustedes con afecto”-.
La confianza de Lincoln en Dios
para recibir guía y fortaleza refleja la instrucción de Salomón: “Confía
en Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él hará derechas tus
veredas” (Proverbios 3. 5, 6)
Lincoln es un ejemplo para aprender
cómo enfrentar un futuro desalentador con confianza y esperanza en el Señor.
Dios les bendiga
abundantemente.
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