UN MOMENTO CON DIOS
Dios, un amigo cercano
“Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.” (Juan 15. 15)
«Ya no son más mis amigos.
Ellos ya no quieren serlo y yo tampoco sigo siendo amiga de ellos. No me
importa la relación cercana que alguna vez tuvimos», comentaba una alumna en el
patio de la escuela. El día anterior esa estudiante había discutido muy fuerte
con los que hasta ese momento eran sus mejores amigos. Esas diferencias habían
comenzado por temas menores, pero luego fueron escalando y culminaron abarcando
cuestiones importantes de la relación. Al finalizar la discusión, las
diferencias se habían vuelto tan grandes e insalvables que mutuamente habían decidido
tomar distancia y evitarse en lo que pudieran. A partir de ese momento cada una
de las partes resolvió alejarse y mostrar indiferencia a la otra de todas las
formas posibles, tanto en sus contactos cara a cara como en las redes sociales.
Esta experiencia entre la
estudiante y los amigos nos hace pensar en la relación de Dios con nosotros. Es
cierto que podemos caminar con indiferencia hacia Dios, alejarnos o rechazar Su
amistad.
Pero Dios nunca tomará esas
determinaciones. Jamás nos mostrará apatía, ni se distanciará o evitará
encontrarse con nosotros. Al contrario, Dios siempre estará interesado en
sostener una estrecha y cordial relación de amistad con nosotros.
Dios les bendiga
abundantemente.
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