sábado, 22 de enero de 2022

Un momento... Pasemos de la angustia a la victoria

 


UN MOMENTO CON DIOS

Pasemos de la angustia a la victoria


Es difícil tener esperanza cuando se está pasando por momentos de dificultad, pero el Salmo 4 nos ayuda a encontrar fuerzas en Dios. Con este Salmo de David podemos aprender a lidiar con la angustia, la injusticia y la ira poniendo nuestra confianza en Dios. Clamemos al Señor, pongamos todo en sus manos, confiemos en Él y veremos cómo se restaurará nuestra esperanza.

“Responde a mi clamor, Dios mío y defensor mío. Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración”. (Salmo 4. 1)

Cuando nos enfrentemos a una situación difícil, el primer paso hacia la victoria es clamar a Dios. Él no nos rechazará en la hora de la dificultad. Si amamos a Jesús podemos tener la certeza de que Dios escucha nuestras oraciones y cuida de nosotros.

“Sepan que el Señor honra al que le es fiel; el Señor me escucha cuando lo llamo”. (Salmo 4. 3)

David se recordó a sí mismo y también le recordó a los demás que Dios honra al que es fiel y escucha el clamor de sus hijos. Por lo tanto, recordemos las promesas que hemos leído en la Palabra del Señor y no dejemos de confiar en nuestro Padre. Mantengámonos fieles y firmes en la fe. El Señor nos escucha y obrará en el momento adecuado. ¡No lo dudemos jamás!

“Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón. Selah” (Salmo 4. 4)

A veces, las dificultades son causadas por personas que no temen a Dios y que hacen cosas erróneas. Cuando vemos que alguien comete una injusticia es natural que nos airemos un poco. Sin embargo, la Biblia avisa: no cedas al pecado mientras estás airado. Eso solo va a empeorar la situación.

Dios es la solución para la injusticia. Él oye a los que le siguen de corazón y rechazan el pecado. Dios restaura la justicia. Por eso, no necesitamos tener miedo. La injusticia no durará para siempre. Recibiremos nuestra recompensa si nos mantenemos fiel a la justicia. Cuando entendemos esa verdad, sentimos alivio y descanso aun en medio de las dificultades.

“Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría, alegría mayor que la que tienen los que disfrutan de trigo y vino en abundancia”. (Salmo 4. 7)

Muchas personas buscan la felicidad en otras cosas como los bienes materiales, el éxito profesional o la comida, pero la Biblia dice que Dios es quien da la alegría verdadera. Él da una alegría que no se puede comprar y la seguridad que tenemos en él llena nuestra vida de paz.

“En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”. (Salmo 4. 8)

Clamemos a Dios en medio de la angustia y recordemos que Él tiene el control y hará justicia. La confianza en Dios transformará la dificultad en motivo de esperanza y volveremos a encontrar la alegría de Dios. ¡Mantengámonos firmes en Dios y Él nos dará paz y descanso! Dormiremos confiados sabiendo que el Señor nos cubre con su amor y que obrará. En Él obtendremos la victoria y nos sentiremos seguros por siempre.

Dios les bendiga abundantemente.

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