jueves, 27 de enero de 2022

Un momento... Dios nos guía

 


UN MOMENTO CON DIOS

Dios nos guía

 

A veces en nuestra vida espiritual queremos que Dios nos dé una visión clara del futuro, pero esto no funciona así. Aun cuando Dios le dijo a Abram “Deja tu tierra y tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar” Génesis 12. 1. Y además le hizo una promesa de que su descendencia sería numerosa como las estrellas. No le dijo claramente como lo haría. Abram tuvo que confiar en la guía de Dios.

Como hijos suyos nos cuesta confiar en Dios cuando no nos muestra claramente para donde vamos, pero como Abram tenemos que aprender a depender de nuestro Dios, porque su camino es seguro, porque siempre nos llevará por sendas de justicia por amor de su nombre. Debemos confiar en que Dios nos guiará aunque no entendamos su plan completo para nosotros.

Nos pasa cuando nos enfrascamos en la rutina diaria y pensamos que los días pasan sin sorpresas, sin nuevas expectativas, esto nos sucede cuando perdemos el norte y olvidamos que cada día para Dios tiene un propósito. Nos olvidamos de Dios, pero Él jamás se olvida de nosotros, aunque esté silencioso, está cuidándonos en silencio.

Comprendamos que “todo tiene su tiempo”, este es el tiempo de plantar, edificar, abrazar, guardar, amar…

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;  tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;  tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;  tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;  tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;  tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;  tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.  ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?” (Eclesiastés 3. 1 – 9)

Si alguna vez nos sentimos sin sentido, recordemos que nuestras vidas son de infinito valor para Dios y que su Presencia está siempre con nosotros cuidándonos. Descubramos en esa relación personal e íntima que tenemos con Dios cada día, cuál es su voluntad para nosotros, entonces sabremos que en las manos del Señor no hay vidas estériles, hay mucho que aprender y hacer. Cuando dejemos de pensar un poco en nosotros mismos y coloquemos nuestra mirada en los demás, entenderemos que cada día nos ofrece una oportunidad de servir y dar de lo que somos y tenemos. Es tiempo de amar, plantar, curar, edificar… no lo desperdiciemos.
Dios nos promete fortaleza para los desafíos que se presenten en nuestra vida, pero no promete eliminar los problemas porque son parte de nuestra formación. Si no hubiera caminos difíciles, ni montes que escalar, ni luchas diarias, no creceríamos como hijos de Dios.

Pero de lo que debemos estar siempre seguros es que nunca nos dejará solos con nuestras batallas, sino que está a nuestro lado para darnos fuerza y dirección para enfrentarlas. “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Mateo 28. 20.

Debemos confiar en que Dios nos guiará aunque no entendamos su plan completo para nosotros.

Dios les bendiga abundantemente.

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