domingo, 23 de enero de 2022

Un momento... Dios nos conoce y nos cuida

 


UN MOMENTO CON DIOS

Dios nos conoce y nos cuida


En el Salmo 139 de David se enfoca en la omnisciencia y la omnipresencia de Dios. David reflexiona y expresa su asombro ante esos atributos divinos. Primero, la extensión infinita del conocimiento de Dios o su omnisciencia. Dios sabe y conoce todo. Segundo, David habla sobre la capacidad de Dios para estar en todos los lugares a la misma vez, su omnipresencia. El Salmo está escrito en forma de oración.

Dios nos conoce completamente

Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares. No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda. (Salmo 139. 1 - 4)

David comienza su oración reconociendo que Dios lo sabe todo sobre todas las personas y lo que sucede en sus vidas. Él aplicó ese descubrimiento a su propia vida reconociendo que Dios lo examinaba y lo conocía de un modo muy profundo y especial.

Lo mismo sucede con nosotros: no hay nada sobre nuestra vida que Dios no sepa. Él conoce nuestras palabras y nuestras acciones. También conoce nuestros pensamientos más secretos, nuestros anhelos más profundos y hasta aquello que todavía no hemos pensado ni hablado. ¡Así de inmenso es su conocimiento sobre cada uno de nosotros!

Dios conoce nuestro presente, nuestro pasado y nuestro futuro. Él sabe qué es lo que nos motiva en cada situación porque él examina lo más profundo de nuestro corazón. Su conocimiento sobre nuestra vida es mucho más amplio que el que nosotros mismos jamás podremos tener.

El Señor nos protege

“Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.
Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo”. (Salmo 139. 5 - 6)

David continuó hablando sobre la protección que Dios le daba. Él se asombró al meditar sobre el amor paternal y el cuidado de Dios en su vida.

Tal como sucedía con David, no hay ninguna parte de nuestro ser que pueda escapar a la protección de Dios. Él nos cubre completamente y tiene su mano puesta sobre nosotros. Esa es la imagen de un Padre amoroso que abraza, cuida y protege a su hijo amado en medio de cualquier situación. El salmista David experimentó esa protección de Dios desde su niñez y a lo largo de su vida. Fueron muchos los enemigos que intentaron hacerle daño, pero Dios lo protegió y lo guardó del mal.

Esa es la forma en la que Dios te protege a todos sus hijos. ¡Así de grande es su amor por nosotros! No dejemos de asombrarnos ante la protección amorosa de nuestro Padre celestial. Vivamos cada día agradecido a Él y reconozcamos su poder protector sobre nuestra vida.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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