domingo, 2 de enero de 2022

Un momento... La fe es un regalo de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

La fe es un regalo de Dios

 

“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte”. (Efesios 2. 8 - 9)

El Apóstol Pablo afirma esta idea en casi todas sus epístolas y de manera clara y contundente:

“Pues, ¿qué derecho tienen a juzgar así? ¿Qué tienen que Dios no les haya dado? Y si todo lo que tienen proviene de Dios, ¿por qué se jactan como si no fuera un regalo?” 1 Corintios 4. 7

Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada. Filipenses 2:13

“Y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe”. 2 Tesalonicenses 3. 2

Nuestra Fe, no es nuestra, Pablo fue enfático al enseñar en todas sus epístolas que la salvación de inicio a fin es de Dios, aun la fe, por ende no nos jactemos diciendo, que por nuestra fe fuimos salvo cuando Pablo mismo dice que la fe es un DON y esto es claro en todo el libro de Gálatas, donde el contexto del libro es Pablo refutando a los judaizantes que desean añadir obras a la salvación que es por sola gracia.

Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. Gálatas 3.23

La fe es algo que Dios revela, no es algo que nosotros revelamos en sí mismo. Sino algo que se nos revela, es algo externo que nosotros no tenemos.

Esto es lo que Pablo señala cuando dice: “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo – Romanos 10.17”.

Y aún más cuando Pablo menciona que la Fe es un fruto del Espíritu Santo, cuando dijo.

“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe – Gálatas 5.22”, la palabra fruto en el griego es la palabra: karpos (καρπός), Karpos es el poder invisible del Espíritu Santo que se les da aquellos que son traídos a una unión Vital con Cristo.

Dejemos que esta verdad nos conduzca a vivir con más humildad y agradecimiento delante de Dios, y que también nos anime a predicar con valentía el evangelio, sabiendo que el Señor puede dar fe y arrepentimiento a nuestros oyentes para que tengan salvación en Cristo. “Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén” (Romanos 11.36).

Dios les bendiga abundantemente.

 

 

 

 

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