miércoles, 13 de agosto de 2025

Un momento... La identidad de pertenecer a la iglesia de Dios

 


UN MOMENTO CON DIOS

La identidad de pertenecer a la iglesia de Dios

 

 “Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, para que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” (1 Timoteo 3. 14 - 15)


Este pasaje, aunque breve, encierra una profunda enseñanza sobre la importancia del testimonio y la conducta dentro de la comunidad cristiana.

Pablo se refiere a la Iglesia como “la casa de Dios”, es decir, el lugar donde habita su presencia, no en sentido físico, sino en el cuerpo de creyentes. Esto nos recuerda que ser parte de la Iglesia no es solo asistir a un templo, sino pertenecer a una familia espiritual donde Dios es el centro. En ese contexto, la conducta de cada miembro tiene un peso significativo. La manera en que vivimos dentro y fuera de la comunidad refleja a quién pertenecemos.

El apóstol también llama a la Iglesia “columna y baluarte de la verdad”. Esta imagen es poderosa: así como una columna sostiene una estructura, la Iglesia está llamada a sostener, defender y proclamar la verdad del Evangelio en medio de un mundo confundido y relativista. No es una tarea pasiva; requiere firmeza, claridad doctrinal, integridad moral y amor en la práctica.

Por eso, Pablo le escribe a Timoteo sobre cómo debe comportarse en la Iglesia, no solo como líder, sino como creyente. La conducta cristiana no se basa en normas vacías, sino en una identidad: somos parte del pueblo de Dios, y por lo tanto, nuestra vida debe reflejar su carácter. La verdad que predicamos debe estar respaldada por la manera en que vivimos.

Hoy más que nunca, el mundo necesita ver una Iglesia viva, coherente, humilde y fiel. Ser columna de la verdad implica un compromiso diario con la Palabra, con la comunión fraterna y con el testimonio personal. Que vivamos conscientes de que pertenecemos a la casa de Dios, y que nuestro andar fortalezca, no debilite, el testimonio del Evangelio.

Dios les bendiga abundantemente

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